¿Quieren niños LGTBYQ + en Chascomús?

¿Quieren niños LGTBYQ + en Chascomús?

OPINIÓN Por Lic. Rodolfo Florido

Una cosa es la libertad sexual y el respeto que esto merece de parte de toda la sociedad; otra muy distinta es estimular niños y niñas de los primeros grados de primaria que ni siquiera han despertado a los impulsos sexuales de la pubertad y la adolescencia a experimentar con lo lésbico, gay, transexual,bisexuales, transgéneros, queers y otros 27 géneros sexuales que a los efectos de esta nota no voy a detallar.

Con 33 mil habitantes esta ciudad gobernada por el Frente de Todos a través del Intendente Javier Gastón y de su Directora de Políticas de Género de la Municipalidad de Chascomús, Yani Gazzanica, convocó y realizó el sábado 8 de julio en las Escuelas Primarias Públicas de ese distrito en el contexto del 2do Festival del “Orgullo LGTBYQ + bajo el lema vamos a tener tallercito para las infancias… para crecer libres y dueños de todos los colores”.

De hecho, como se ve en el afiche, la convocatoria reza… “Taller Infancias Diversas”. “Reflexionemos sobre los roles y estereotipos de Genero”.

En el afiche también dice… “Modera Yani Cazzaniga”. O sea, un próximo evento educativo no es coordinado ni moderado por el área de Educación de la Municipalidad sino por la Directora de Políticas de Genero LGTBYQ +.

Así y durante el taller en la presunta “deconstrucción del género” se les impuso a los niños y niñas a dibujar y colorear a un Pedro con pollera y con una muñeca y a una Vera con pantalón que juega con autitos y al futbol. Obviamente una simplificación orientada.

Durante el taller infantil LGTBYQ + se les informó a los niños con la autoridad que supone ser autoridad de la Escuela y la Municipalidad que; “la manera de vestirse, con que jugar y como hablar son una construcción social y que es importante que las desafíen”. 

Durante el taller se les lee a los menores un cuento de la comunidad LGTBYQ + intitulado “Un cuento para todos los colores” y se les pasa luego una película (no apta para todo público) o sea para adultos que bajo letítulo “Yo nena, yo princesa”, describe la historia de “Gabriela Mansilla” que fue quien consiguió que a su hijo varón le sea rectificado su DNI sin necesidad de acción legal ni médica alguna. Lo cierto es que; un caso único en el cual un niño varón se percibe mujer desde los 2 años, genera un conflicto de envergadura entre sus padres que finaliza con un divorcio  entre un padre presuntamente “machirulo” (actuado por Juan Palomino) y una madre “inclusiva y moderna” que habla y escribe con la “E” y la “X” (actuada por Eleonora Wexler).

En resumen, toda esta situación, película incluida, muy compleja por cierto, absolutamente debatible y que debería haber sido interpelada por los padres de los menores de edad antes de ser ejecutada, fue emitida para los niños de 6,7,8 años en adelante, abriendo en sus mentes infantiles un debate para el cual no están ni deben estar sistematizados en la respuesta.

Y, si eventualmente surgieran situaciones similares a la de la película, podrían ser analizadas en la oportunidad y no tratada como si pasara en el universo social cotidiano.

Los padres también deberían reflexionar sobre la enorme distancia que existe entre su proceso mental para las inclusiones sexuales diversas y la madurez física, mental y cultural de los niños en esas tempranas edades, cuya madurez –valga la redundancia-  en esos campos no transitan ni la experiencia ni los procesos de decisión de los adultos.

Chascomús y la Provincia de Buenos Aires tienen la palabra. O quizás prefieran el silencio mientras sus hijos sufren el resultado secundario de los juicios y prejuicios de los presuntamente adultos.

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