El dengue crece en los barrios del conurbano y ya alcanzó el pico histórico de casos
Los mosquitos no dan tregua y las autoridades sanitarias de la provincia suben la alerta. Según el propio ministro de salud Nicolás Kreplak, se transita “la epidemia de dengue más grande de la historia”. En territorio bonaerense ya son 26 los municipios con brote de la enfermedad, ya que en las últimas horas se sumó La Plata, con una cantidad alarmante de casos.
“Nos encontramos ante una situación muy compleja respecto al dengue”, sostuvo Kreplak en sus redes. Solo en la capital provincial se registraron 103 casos positivos, de los cuales 18 son autóctonos y eso es lo que preocupa más.
El problema es que debido a la cantidad de contagios, en muchos municipios las guardias están colapsadas y se dejaron de hacer los análisis de laboratorio. Por eso, desde la gobernación solo apuestan a la prevención, con las dificultades que eso conlleva. Según los expertos, el dengue es “una enfermedad de la pobreza”. En este sentido, la única forma de erradicar al mosquito Aedes Aegypti, que es el transmisor, es el descacharreo y el uso de repelente, algo que en muchos barrios del conurbano parece lejano.
Los casos en la provincia subieron un 66% de una semana a la otra al pasar de 1796 a 2997. La enfermedad se transmite cuando el mosquito se alimenta de la sangre de una persona infectada y después pica a otras personas. Por eso la suba de casos aumenta la probabilidad de que la epidemia se extienda.
Entre los municipios afectados por el brote están: Vicente López, San Martín, San Isidro, Malvinas Argentinas, Tigre, Pilar, San Fernando, José C. Paz, Lomas de Zamora, Esteban Echeverría, Lanús, Avellaneda, Quilmes, Florencio Varela, La Matanza, Almirante Brown y ahora La Plata.
Los síntomas son fiebre alta, dolor de cabeza, náuseas, cansancio, picazón y sangrado de nariz o encías.
Según las proyecciones médicas, el peligro latente va a seguir al menos un mes más, hasta empezado el otoño. A la pobreza, la inseguridad y la falta de insumos para la salud se le suma este nuevo flagelo, que tiene mucho que ver con el contexto social y que año tras año confirma que llegó para quedarse.