VIANDAS DE TERROR EN BERISSO: ¿LOS GUSANOS SON NUTRITIVOS?

VIANDAS DE TERROR EN BERISSO: ¿LOS GUSANOS SON NUTRITIVOS?

Los padres denuncian que les dan comida en mal estado a los alumnos. Ya hay un pedido de informes para que el intendente explique qué pasa con el Servicio Alimentario Escolar

            La situación de las escuelas públicas en la provincia deja mucho que desear, pero en Berisso se pasaron todos los límites. Los padres denuncian que la comida que les sirven al mediodía está en mal estado y tiene gusanos. Sí, seres vivos moviéndose entre el arroz y los fideos de los chicos.

            Pasa en la escuela primaria número 9, que comparte comedor con la secundaria número 6, en Berisso.

“El jueves pasado las nenas llegaron de clases y cuando les pregunté cómo les había ido me contaron que en el arroz había gusanos que se movían y que no habían comido nada”, relata una mamá que no quiso dar su nombre porque teme algún tipo de represalia institucional.

“Están 8 horas en el colegio y les dan comida mal cocinada, fideos pegados y ahora esto, que es el colmo”, agrega.

Los problemas con la comida que dan en el colegio no son nuevos: “Muchos días los chicos de la secundaria no comen porque las raciones no alcanzan”, denuncian otros papás.

La primera queja fue al colegio, pero allí los directivos se lavaron las manos y dijeron que así les llega la comida a ellos. “Me da impotencia y asco”, dice una mamá indignada, “no les importan los chicos”, remata.

Los padres se organizaron para marchar desde el colegio hasta el Consejo Escolar y en ese momento aparecieron las autoridades distritales para calmar las aguas y prometer mejoras en las viandas. Pero el reclamo no quedó ahí: ante la falta de respuesta a un pedido de varias familias para reunirse con el intendente Fabián Cagliardi, el concejal radical Matías Nanni hizo un pedido de informes para saber quiénes son los proveedores del Servicio Alimentario Escolar en Berisso, qué alimentos se entregan y cuales son los controles que hace el municipio.

            Mientras tanto, a la hora de almorzar en su escuela, los chicos miran con desconfianza los platos, chequeando que no haya criaturas vivas en lo que debería ser su alimento.

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