Son los impuestos, está claro

Son los impuestos, está claro

¿La importación de alimentos puede servir para algo? Para estimular los signos recesivos, estamos seguros. Para agravar la situación de los que producen soportando una enorme presión  tributaria,  seguro. La actividad de las Pymes cayó en febrero un 9,9%. En enero y febrero de 2024 fue del 21.7%.Entonces, ¿es una medida válida en este contexto recesivo?

El gobierno reza su mantra: “no hay plata”, pero a la vez lo acompaña con otra máxima inclaudicable: no hay baja de impuestos.  Pero lo más probable es que con esa combinación haya menos plata aún.

Entonces, ¿sirve mantener impuestos que terminan desalentando la producción y la creación de empleo? Según las estadísticas oficiales, que pronto serán actualizadas y tendrán peores resultados, hay en Argentina un 35% de informalidad laboral. Con la presión de la inflación y el crecimiento del preocupante fenómeno de los trabajadores formales pobres, lo más probables es que ese número siga creciendo. 

Hay un alto componente impositivo en cada cosa que hacemos,  y encima suena otra vez fuerte en los despachos oficiales la idea de volver al impuesto sobre los salarios, mientras muchos repiten que el salario no es ganancia ( y no lo es).

“Los impuestos de Kicillof son inconstitucionales…”.Asumamos por un momento como válida la afirmación del presidente Milei y del titular de la Comisión de presupuesto José Luis Espert.  Muchos acuerdan con esa visión, otros reniegan. 

¿Qué tan constitucional es mantener este esquema impositivo actual? Un esquema en el que cada auto que se vende tiene un obsceno componente impositivo, cada litro de combustible que le pones al auto tiene más de la mitad de impuestos. Si bajamos ya los impuestos,  ¿la recaudación bajaría?

El no pagar impuestos tiene sus consecuencias: honorarios de abogados, intereses y eventuales embargos. Entonces lo que conviene es iniciar un reclamo de inconstitucionalidad con un pedido de cautelar para no pagar. 

Un 60% de las personas evade en este país, porque si pagan no trabajan o no comen, o…no dan trabajo. Entonces,  si baja la presión tributaria es probable que mas gente pague, contrate, compre, venda, arriesgue capital productivo, contrate personal, y más gente aporte al sistema. 

Acá la presión final con todos los tributos ronda el 58% promedio.  En otros países llega al 35%. Más impuestos no garantizan un buen servicio público.  Si no, la inseguridad no sería nota diaria en todos los medios, y los hospitales brillarían rebosantes de profesionales de la salud felices de prestar servicio y pacientes felices por la gran atención de su salud. Y, por último, los jubilados ganarían lo que merecen. 

Más es menos…se dice por ahí.  Y en nuestro sistema tributario, es una regla que pide a gritos una reforma tributaria y una ley de coparticipación que todavía no tenemos a 20 años de la Constitución del 94.

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