No hay plata que alcance: en el Conurbano los precios le ganan a los salarios
Pese a que en mayo hubo una morigeración de la suba de la canasta básica, los salarios y las jubilaciones siguen corriendo detrás de los precios en una carrera que tiene como resultado un preocupante aumento de la pobreza y la caída de la calidad de vida de miles de familias.
En los cinco primeros meses de 2023, el salario aumentó 36,41%, las jubilaciones 20,5% y la canasta básica total, que determina la línea de pobreza, se incrementó un 46,35% mientras que los alimentos básicos subieron un 49,63%. Estos últimos dos datos se desprenden del relevamiento mensual del índice barrial de precios en comercios de cercanía de los barrios populares que hace el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI).
Para no ser indigente, en mayo una familia que vive en el conurbano necesitó 95.965 pesos, un 120% más que un año atrás. Para no ser pobre, la misma familia requirió un ingreso de 214.003 pesos, un 119,16% más que en mayo de 2022.
Las variaciones mensuales también encierran datos reveladores. En mayo la canasta básica de alimentos subió un 5,09% con respecto a abril y es el número más bajo del año, que venía con un promedio de alza de 10,5% por mes desde enero. Este descenso se explica porque si bien los productos de almacén volvieron a subir, los de verdulería bajaron y los de carnicería se mantuvieron estables.
De todas formas, pese a la moderada baja de mayo, si se toman en términos interanuales, los aumentos de alimentos siguen sorprendiendo. Siempre según los relevamientos del ISEPCI en el conurbano, los productos de almacén subieron un 126,78%, los de carnicería un 80,77% y los de verdulería un 194,99% en los últimos 12 meses.
Pese a que el Gobierno acaba de lanzar una canasta de 97 artículos a “Precios Justos” para comercios de cercanía, los faltantes y las críticas por la selección de la mercadería con valores regulados despierta escepticismo y dudas. En las listas llama la atención la ausencia de productos esenciales como el pan o el azúcar y el precio de la yerba, por ejemplo, que está más cara que en muchos negocios que venden por fuera del acuerdo.
“Las nuevas medidas del Gobierno supuestamente destinadas a controlar la inflación siguen transitando por el campo de los intentos fallidos, más destinados a generar anuncios que a producir cambios. Mientras tanto, la mayoría de la población continúa recibiendo las consecuencias de una situación que día a día se va agravando”, cierra Isaac Rudnik, titular del ISEPCI.