La mayoría de los bonaerenses votarían un cambio, pero ¿hacia dónde?
La madre de todas las batallas es un fiel reflejo de una opinión pública hegemonizada en la figura de Milei, la división a favor o en contra, con los armados políticos partidarios que responden a esta lógica. Ya son varias las consultores que observan que la lista que apoye a Milei tendría un respaldo mayoritario -aunque no tan significativo- de los que no lo harían. Hay un 56% de los bonaerenses que votaría un cambio de gestión en la provincia en 2027, pero ¿hacia qué actores? ¿Cómo queda entonces la oposición?
Isasi/Burdman y CB Consultores son dos parámetros interesantes para medir el termómetro bonaerense. La primera evidencia un apoyo y rechazo a una lista de Milei cercano al 45% en ambos casos, lo que nos habilita a pensar hacia dónde va el voto opositor. La segunda preguntó a los encuestados dos escenarios: LLA con o sin fusión con el Pro.
¿Qué nos muestran estas fotos? En primer lugar, que la referencia fundamental es la persona de Milei y no el sello LLA. Esto no solo habla de un nivel casi inexistente de institución partidaria, sino que habilita las constantes purgas que se están registrando en dicho espacio político con la idea de mostrar un puro sentido de pertenencia del espacio. Todos los que se van (Zago, Arrieta, Paoltroni) siguen mostrando fidelidad únicamente al Presidente. De ahí para abajo se asemeja mucho más al estado de naturaleza hobbesiano del hombre lobo del hombre. Con lo cual, si bien el sello es importante (por eso Karina Milei avanzó con esta tarea), todavía el sentido de pertenencia lejos está de institucionalizarse y, por ende, los embates internos van a profundizarse en torno a la mejor interpretación del léon.
Así y todo, en lo que respecto al escenario bonaerense, se contraponen dos puntos según CB Consultores. Si bien hay un 56% de los encuestados que votaría un cambio de gobierno, cuando de fuerzas política se trata, en el uno a uno, el PJ kirchnerista conserva un 28% que no solo lo mantiene en vida, sino que lo reafirma como principal referencia opositora para la opinión pública, en un provincia que sigue siendo su bastión. Está claro que no es un número contundente, pero lo suficientemente importante no solo para mantenerse en vida sino para complicarle la existencia a una oposición no kirchnerista. Entre la izquierda, la UCR y el PJ no kircherista, sí, entre los tres juntos arañan el 10% de intención de voto. Todo un dato y una fuerte preocupación también. Prepárense para un conjunto de alianzas variopintas que buscarán sobrevivir del naufragio. Punto a favor a la interpretación de votante simpatizante que Juan Carlos Torre acuñó otrora al electorado no peronista.
Y si de alianzas se trata, el Pro pide pista. Porque los resultados están mostrando que en caso de ir solo, quedaría en tercer lugar con un 10%, pero en el caso de una alianza con LLA superarían al kirchnerismo. Parece claro pero no lo es fundamentalmente porque en los términos y condiciones del contrato, quien tendría más para ganar en la negociación son los libertarios. Y en la política los egos están a flor de piel. Habrá que ver la capacidad de resistencia y resiliencia.
Y ni hablar del radicalismo, que se enfrenta a dos cuestiones. Por un lado el desafío cada vez mayor de la dirigencia de mostrarse como opositor frente a un electorado y afiliado que en buena parte votó a Milei para que no gane Massa. Pero además, la incomodidad de los números. Medir tan poco (2%) obliga a aliarse, pero ¿con quién? Hacia la derecha ya mucho lugar no tiene, porque el Pro no estaría muy dispuesto y mucho menos los libertarios. Hacia la izquierda, la opción que más mide es el kirchnerismo. Si bien coquetean con algunos de sus dirigentes, tiene fuertes resistencias dirigenciales y de sus votantes. Armar un gran bloque del centro suena poético pero por el momento no pueden verse los fierros políticos. Y el radicalismo está obligado a salir de la intranscendencia.
Con lo cual todavía hay mucha sorpresa por venir. Ser protagonistas en la elección puede armar un escenario variopinto y dinámico. Seguiremos analizando qué pistas nos dejan.
Docente en la UBA y en la Universidad Católica de La Plata)
Por Nicolás Cereijo