Avellaneda, otra vez inundada: La furia de los vecinos con Ferraresi

Avellaneda, otra vez inundada: La furia de los vecinos con Ferraresi

El agua encendió el fuego en Avellaneda. La lluvia torrencial del miércoles volvió a inundar calles y casas y los vecinos explotaron. Con el agua hasta las rodillas, en los móviles de televisión mostraban las boletas que daban cuenta de cómo los impuestos municipales habían subido más del 100% y exigían la presencia de un Estado municipal ausente.

Y la máxima expresión de bronca y fastidio la dio un comerciante que frente a las cámaras arrojó una de las bicicletas que la gestión de Jorge Ferraresi había repartido entre los vecinos y gritó:  “No queremos bicicletas, ni que le regalen mochilas truchas a los chicos. Hace tres semanas que estamos inundados”. La referencia es al hecho de que en el mes ya fueron 4 las veces en las que las calles de Avellaneda se inundaron por las tormentas.

“Estamos en Avellaneda, a dos cuadras del Alto Avellaneda, ¿a vos te parece? Zona residencial. Los impuestos carísimos, fortuna pagamos. Todos los desagües están tapados y dicen que los vecinos somos mugrosos. La municipalidad tiene que pasar dos veces por semana y limpiar y no lo hace”, sostuvo indignado el vecino.

Maximiliano Gallucci, presidente del bloque de concejales de Juntos por el Cambio, explica que las inundaciones se deben a que no hay ningún tipo de mantenimiento preventivo por parte de la municipalidad. “No hay limpieza de sumideros, es más, Avellaneda está cada vez más sucia, con desbordes de basura en varias zonas. Y cada vez hay menos gestión municipal en lo que tiene que ver con el mantenimiento urbano. Las lluvias en cantidad claramente se ven agravadas por un Estado ausente.  Por eso Avellaneda es uno de los municipios que tiene estos problemas graves por las inundaciones. Es una gestión que se ha dedicado a entregar bicicletas en lugar de a hacer las obras. Le han dedicado más plata a hacer un museo del fútbol que a la seguridad”, resume.

Gallucci explica que “la gestión de Ferraresi se caracteriza por ser una gestión visual. Es decir, se hace lo que se ve y lo que no se ve no se hace. Y en ese hacer lo que se ve claramente las prioridades están cambiadas. Avellaneda es un municipio que no tiene obras de infraestructura grandes, sobre todo en lo hidráulico y en lo cloacal”, denuncia.

El estallido de bronca de los vecinos que pagan sus impuestos y sólo quieren que la lluvia no sea una amenaza constante desnuda las falencias, los malos manejos y la improvisación de la administración de Ferraresi. “Avellaneda es un Estado que se ha dedicado a una gestión clientelar y visual, muy lejos de las prioridades de los vecinos”, dice Gallucci. Esta semana quedó demostrado, una vez más. 

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