Vecina Coraje: Enfrentó a los ladrones armados y los hizo escapar sin nada

Vecina Coraje: Enfrentó a los ladrones armados y los hizo escapar sin nada

Ante la falta de seguridad en el conurbano muchos se resignan y se encierran y otros deciden dar pelea. Este es el caso de Tamara, una vecina de San Antonio de Padua, que enfrentó a los delincuentes que la encañonaron y, pese a que le gatillaron 3 veces y le dieron un culatazo, los corrió y los puso en fuga.

            Todo pasó a plena luz del día en la parada de la línea 500 de Directorio y Nación, donde Tamara esperaba para ir hasta Merlo. Como ya es común en los barrios, dos motochorros frenaron y a punta de pistola le pidieron el celular. Pero la reacción de la víctima los desconcertó. “Uno me dijo ‘dame el teléfono’ y yo le contesté ‘no te voy a dar nada’. Cuando vi que la bala no salía, dije ‘o sos vos o soy yo, no te tengo miedo’ “, relató. Después de gatillar, el delincuente le pegó con el arma, pero no logró aplacar el enojo de Tamara, que parecía haber perdido el miedo. “Quizás estuvo mal lo que hice. Nunca me había pasado esto, pero no quería quedarme con los brazos cruzados. No miraba el arma, lo miraba a los ojos”, explicó unas horas después.

            Ninguna alarma vecinal sonó ni nadie se acercó a ayudarla. Ella sola, movida tal vez por el hartazgo que despierta la inseguridad, los corrió y los hizo escapar. Después, cuando la adrenalina le bajó, empezó a sentir dolores. “La doctora que me revisó dijo que por poco no me abrieron la cabeza con el revólver. Me quedé con bronca e impotencia por el golpe que recibí” admitió.

Ante la falta de seguridad en el conurbano muchos se resignan y se encierran y otros deciden dar pelea. Este es el caso de Tamara, una vecina de San Antonio de Padua, que enfrentó a los delincuentes que la encañonaron y, pese a que le gatillaron 3 veces y le dieron un culatazo, los corrió y los puso en fuga.

            Todo pasó a plena luz del día en la parada de la línea 500 de Directorio y Nación, donde Tamara esperaba para ir hasta Merlo. Como ya es común en los barrios, dos motochorros frenaron y a punta de pistola le pidieron el celular. Pero la reacción de la víctima los desconcertó. “Uno me dijo ‘dame el teléfono’ y yo le contesté ‘no te voy a dar nada’. Cuando vi que la bala no salía, dije ‘o sos vos o soy yo, no te tengo miedo’ “, relató. Después de gatillar, el delincuente le pegó con el arma, pero no logró aplacar el enojo de Tamara, que parecía haber perdido el miedo. “Quizás estuvo mal lo que hice. Nunca me había pasado esto, pero no quería quedarme con los brazos cruzados. No miraba el arma, lo miraba a los ojos”, explicó unas horas después.

            Ninguna alarma vecinal sonó ni nadie se acercó a ayudarla. Ella sola, movida tal vez por el hartazgo que despierta la inseguridad, los corrió y los hizo escapar. Después, cuando la adrenalina le bajó, empezó a sentir dolores. “La doctora que me revisó dijo que por poco no me abrieron la cabeza con el revólver. Me quedé con bronca e impotencia por el golpe que recibí” admitió.

            Los ladrones se fugaron sin nada pero los vecinos dicen que son  los mismos que roban en el barrio desde hace días. Incluso la moto en la que iban fue robada hace poco en Padua. Tamara los enfrentó y la puede contar. Pero sabe que también tuvo suerte porque la bala nunca salió. “Atacan a cualquiera en cualquier horario. Incluso a los chicos cuando salen de la escuela. No sos libre de caminar por la calle”, cerró.

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