Sin novedad en el frente opositor
Por Nicolás Cereijo
Javier Milei ganó por ser disruptivo, por ser un líder visible y competitivo que venía a romper con lo viejo. Como neófito logró llamar la atención por ser lo nuevo frente al hartazgo de importantes sectores de la población. Lo original fue simplemente ser novedoso. Eso es lo que todavía no encuentra la oposición, que sigue navegando en su naufragio.
El último informe de la consultora Pulso Research muestra datos que dejan a la oposición en terapia intensiva. Los datos hablan por sí mismo. El 50 por ciento de los encuestados considera que no hay ningún líder opositor. A su vez, en un escenario electoral, el 35 por ciento no tiene definido su voto mientras solo el 25 por ciento tiene decidido hacerlo por una que no apoye a Milei.
De esta manera, al momento no hay una ninguna opción genuina que enamore al público opositor al gobierno. También sumo a este grupo a los votantes que en las elecciones generales habían votado a Juntos por el Cambio que hoy manifiesta distancia del oficialismo -esta encuesta lo ubica en el 23 por ciento-.
En estos momentos hay dos características centrales de la sociedad argentina. Por un lado la polarización, que cuenta con un nivel de instalación fuerte en la opinión pública. Por el otro, la novedad es bien ponderada como protesta de lo viejo, de las ilusiones que no se cumplieran. El “que se vayan todos” que tampoco adscribe al modelo libertario.
DATO MATA RELATO Y ASPIRACIONES
La misma consultora informa que la imagen negativa de dirigentes como Mauricio Macri o Horacio Rodríguez Larreta es cercana al 56 por ciento. El radicalismo tiene serios problemas con Lousteau o con Manes porque son asociados por su electorado al kirchnerismo. Al momento, la única opción joven y novedosa es la del gobernador santafecino Maxi Pullaro, quien registra importantes niveles de apoyo en su provincia.
Tanto el PRO, la UCR y la Coalición Cívica necesitan revitalizarse, necesitan de mostrar cosas nuevas, caso contrario están condenados a la intrascendencia. Si construyen desde lo nuevo pueden sumar sus potencialidades institucionales. El electorado está demandando prioritariamente novedad frente al hartazgo.
Por el lado del peronismo no kirchnerista, está atravesando una situación parecida, entre otras cosas porque tienen un electorado en común. Los movimientos encarados por Schiaretti, Pichetto o Monzó todavía son incipientes. La dificultad es que con Cristina como presidente, los recursos del partido a estos actores no van a llegar. Les queda alguna provincia que pueda aportar, pero con las poca plata que hay parece al momento difícil. También este sector carece de liderazgos nuevos.
Actualmente al ring opositor está subido el kirchnerismo, al cual le sirve polarizar con el gobierno para seguir con vida. Su apuesta fuerte es por Axel Kicillof, aunque la gestión lo puede desgastar. Aún no hay nada firme.
De esta manera, el denominador común de la oposición es la falta de originalidad, de un liderazgo que logre aglutinar lo nuevo con mayor institucionalidad. El electorado se lo está demandando bajo riesgo de sufrir un nuevo castigo electoral.