Milei recibiría a Kicillof después de asumir
Mientras el presidente electo ultima los detalles de lo que su futuro ministro de economía Luis Caputo denominó como “un brutal ajuste ortodoxo”, en la provincia de Buenos Aires hacen cuentas y se desvelan pensando en 2024. Es que, con el cambio de signo del gobierno nacional, Axel Kicillof sabe que el abundante flujo de recursos que bajaba casi de forma irrestricta se va a transformar en un goteo. O no. De eso se tratan las negociaciones que empezaron hace semanas entre el gobernador reelecto y el futuro ministro del Interior Guillermo Francos.
Kicillof vio obturada su intención de endeudarse por 150 millones de dólares cuando la oposición le marcó el territorio y bloqueó la autorización en la legislatura. Esto encendió todas las luces de alarma en la provincia porque de esa plata dependían en parte los aguinaldos de diciembre. Ahora el tratamiento del proyecto recaerá en la nueva legislatura, pero se requiere un apoyo de dos tercios de las bancas y nadie asegura que eso pueda ocurrir.
La llegada de plata fresca tuvo finalmente un gesto, el último, de Sergio Massa, que antes de irse autorizó 230 mil millones de pesos para que las provincias puedan afrontar los pagos de salarios de fin de año. Con eso, Kicillof respira hasta fin de año, pero la sombra de una administración sin recursos sigue vigente.
Por esa razón, el gobernador bonaerense se acercó a Francos con inquietudes que en principio solo fueron recibidas sin ningún tipo de promesa pero que después empezaron a ser parte de un posible acuerdo que beneficie tanto a la provincia como al nuevo Ejecutivo. El salvataje económico que plantean ambas partes se daría a cambio de un apoyo irrestricto en el Congreso para sacar adelante el paquete de leyes que prepara Milei para lanzar su gobierno.
Después de ser reelecto, los intendentes peronistas le pidieron a Kicillof que se convierta en el líder de la oposición. Pero la falta de fondos lo debilita políticamente. Por eso todavía no se le escuchó ninguna declaración altisonante, de esas que le gustan a Cristina, sobre el libertario.
A esto hay que sumarle la decisión pendiente de la Corte sobre la coparticipación, que podría sacarle aún más recursos a la provincia para dárselos a la Ciudad, algo que ya reclamó Jorge Macri ni bien juró como Jefe de Gobierno porteño.
Mientras espera la convocatoria de Milei, Kicillof se prepara para 4 años muy distintos a los primeros que tuvo como gobernador. Los votos lo ubicaron como el potencial líder de un peronismo que busca referentes, pero la falta de plata lo ata a las negociaciones con quienes ideológicamente están en las antípodas de su posición.