La Corte Suprema tiene que decidir si es el Poder Ejecutivo y que hace con Cristina

La Corte Suprema tiene que decidir si es el Poder Ejecutivo y que hace con Cristina

Por Lic. Rodolfo Florido

Es el único de los tres Poderes que conforman la República que carece de legitimidad de origen porque a sus miembros no los votan los ciudadanos. Y bajo ningún punto de vista estoy diciendo que esto esté mal.

Solo es un dato de la realidad y los miembros del Poder Judicial se han ido acostumbrando a que los ciudadanos, que no son parte del Poder Judicial, no le importen nada. Se sienten como fuera de la realidad cotidiana. Tienen custodios, choferes, ganan muy bien y son virtualmente intocables. Todo esto no es sano mentalmente hablando.

Todo esto está tan internalizado que en no pocas oportunidades sus fotos parecen un remedo copiado de imágenes griegas de los Dioses en el Olimpo.

Como parte de esta conducta un tanto patológica y de sentir que son dueños inequívocos de la libertad y los bienes de los ciudadanos, ya hace años, muchos, quizás demasiados, creen que pueden decidir sobre el destino político de la República.

Atrasar o adelantar los plazos, aceptar o denegar recursos, interpretar las leyes a voluntad (si no fuese así alcanzaría con tener un software de Inteligencia Artificial para proveer Justicia), darle carácter de prueba a un indicio y de indicio a una prueba, etc., etc., etc.

Y tengan en cuenta que en el medio de todo esto está la honestidad o bien la corrupción.

 En la orientación de las decisiones judiciales no necesariamente es la probidad la que define lo que es justo o injusto.

Solo con recordar al fallecido Norberto Oyarbide, protegido por parte del poder político aunque sus vicios delictivos y personales fueran por demás evidentes o al Juez Bailaque que armaba causas para extorsionar inocentes por dinero y cobrarles para dejarlos en libertad mientras ordenaba allanamientos sobre sus bienes para que sintieran el poder de la impunidad judicial. Es en este contexto que ahora debemos esperar los tiempos de una decisión judicial sobre la ex Presidente Cristina Fernández de Kirchner antes o después de que obtenga sus fueros para reírse en la cara de todos los argentinos.

La Corte Suprema sabe perfectamente que su decisión es política, no judicial. En la última parte confirmatoria de sus delitos, fueron tres jueces por unanimidad quienes la condenaron mientras ella se les reía en la cara mientras actuaba cual Andrea del Boca en una combinación entre Celeste siempre Celeste y Chucky.

Ella sabe perfectamente que es culpable, la fortuna robada está ya fuera de todo cálculo. Solo le queda tratar de infundir miedo y lo hace,

Hace pocos días dijo … “La Corte es una Guardia Pretoriana”. Y ella elige muy bien sus palabras. La Guardia Pretoriana era la única estructura militar que podía acceder y controlar Roma ya que los Ejércitos (Legiones) romanos tenían prohibido cruzar el río Rubicon. Servían a los poderosos de turno y hasta vendían el cargo de Emperador a quien les pusieran más dineros.

O sea, Cristina los trató de Guardia Pretoriana para darles un descalificativo de cualquier condena y tratar de asustarlos con su eterno regreso, aquel que no pensó Macri y que determinó la formula Alberto – Cristina. Ella sabe perfectamente que está perdiendo poder y por eso grita más fuerte. Alienta que fantasmas como el asesinado Fiscal Nisman sobrevuele sobre aquellos que quieran sacarla del juego. A cristina no le importa la prisión domiciliaria, le importa el Poder y el miedo que ese Poder emana.

Su relación con esa sensación del Poder es como el de una prostituta dominatriz con un poderoso que paga por ser dominado y humillado.

La Corte lo sabe y si su fallo es antes del 19 de julio, Cristina no tendrá más destino que la tobillera electrónica en su hermosa casa de Calafate. Y el grito de “proscripta” se irá perdiendo en las líneas del tiempo porque ella no es Evita y nunca fue Perón. El Calafate no es ni será Puerta de Hierro y quienes la visiten deberán tener permiso judicial. Al principio serán algunos y a medida que vayan pasando los meses serán cada vez menos.

Quizás Axel quiera visitarla pero no sería de extrañar que ella no lo quiera recibir. Lo culpará por su prisión vip pero prisión al fin. Cristina no puede salir a la calle sin custodios o con custodios sin ser insultada. Tampoco le importa, a ella nunca le importó caminar fuera de sus círculos controlados. Pero el encierro con tobillera la enloquecerá porque una cosa es no salir porque no quiero y otra muy distinto es no salir porque no me dejan.

Axel estará feliz un ratito si la Corte condena a Cristina antes del 19 de Julio, pero su alegría no durará mucho. No tiene la personalidad ni la fuerza ni el carisma que demanda la reconstrucción de un peronismo en disolución.

En pocas semanas veremos si los 3 miembros de la  Corte tienen la dignidad de escuchar a un pueblo sufrido y necesitado brutalmente de signos que dignifiquen sus sacrificios diarios por reconstruir un país destruido. Si la Corte da este salto de dignidad, tenemos futuro. Si no lo hace, volveremos a sufrir y ellos también.

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