Inseguridad salvaje y el juego del gran bonete en el Conurbano

Inseguridad salvaje y el juego del gran bonete en el Conurbano

La violencia en las calles de los partidos bonaerenses sigue creciendo y desde el gobierno de la provincia parecen más abocados a echarle la culpa a otros que en resolver la situación. En los últimos días dos hechos conmocionaron a la opinión pública. Por un lado, el crimen del repartidor Lucas Aguilar en Moreno, que derivó en una violenta protesta en la que los vecinos y amigos de la víctima -que pedían justicia y más seguridad- terminaron detenidos. Por el otro, el doble crimen de Pamela y Josué en Florencio Varela, una pareja de novios adolescentes que fueron brutalmente asesinados en un descampado en un hecho que todavía se investiga pero que, en principio, habría sido un robo.  

Estos dos casos terminan de cerrar un enero especialmente violento en las calles del conurbano. Sin embargo, muy lejos de tener alguna estrategia para contener la inseguridad y garantizarle una vida digna a los vecinos de la provincia, tanto el gobierno de Axel Kicillof como el de Javier Milei se ocupan de chicanear y tirarse dardos para evitar cargar con la responsabilidad política de este flagelo, que ya es la principal preocupación de los bonaerenses.

Javier Alonso, ministro de Seguridad de Kicillof, le apuntó directo a la Nación por la eliminación del Fondo de Fortalecimiento Fiscal. “Si el Gobierno nacional nos hubiera pagado el año pasado los $700 mil millones, hubiéramos podido comprar diez mil patrulleros. Ese dinero el Gobierno no lo envió a la provincia. Es un fondo creado por ley para financiar la política de seguridad de la provincia. Entonces si no nos dan los recursos para invertir y fortalecer nuestra capacidad, y al mismo tiempo tenemos una crisis social que avanza…”, dijo en una entrevista televisiva. Y desmintió que haya zonas liberadas, como denuncian los vecinos. “Cada cuatro horas patrullamos el 75% del territorio y cada intendente, sea de la oposición o simpatice con uno u otro, mira los patrulleros”.

En el mismo sentido habló Mariel Fernández, la intendenta de Moreno, distrito donde mataron a Lucas y uno de los más calientes de la provincia. Primero se quejó por la falta de recursos: “Nos dejaron de mandar los fondos de seguridad, antes contábamos con eso para equipar la policía, ahora se está haciendo cargo el municipio de comprar más patrullas municipales”. Y después apuntó al contexto social: “La mayoría de los hechos no son robos, sino peleas intrafamiliares o discusiones en la calle. Notamos que las personas están muy violentas, producto de la situación económica, malestares y reaccionan de esta manera”. 

Desde la vereda de enfrente tampoco perdieron oportunidad para fustigar a sus adversarios políticos en medio del dolor de la gente. Horas después del crimen y los incidentes, Javier Milei anunció que condecorará al repartidor por haber sido asesinado cuando intentaba ayudar a un vendedor ambulante, víctima de un ataque.  “Lucas hizo el sacrificio máximo por un desconocido, entregó su vida para defenderlo”, dijo el presidente, que después aprovechó para fustigar al gobernador. “Es un Héroe y una inspiración para todo el pueblo argentino, y en particular para los bonaerenses, que ante la desidia, la inoperancia y el garantismo del gobernador Kicillof, está sufriendo una catastrófica ola de inseguridad que está terminando en un baño de sangre para la gente común”, escribió. Ante esto, Kicillof respondió también con dureza: “”Señor Presidente, me repugna verlo lucrar políticamente con la muerte de un bonaerense”, posteó también en redes.

Pero este hecho no fue el único que sacudió a la provincia en las últimas horas. Pamela y Josué, dos adolescentes de 16 y 14 años que estaban desaparecidos desde el jueves fueron encontrados asesinados a pedradas en un descampado en Florencio Varela y todo apunta a un robo. Los chicos, al parecer, habrían ido por su propia voluntad a ese predio porque eran novios y todavía se lo ocultaban a sus padres.

Esta vez fue la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich la que le apuntó a Kicillof por haber participado de la marcha de la comunidad LGTB contra el Gobierno el sábado, mientras encontraban los cuerpos de los adolescentes.  “Kicillof, concentrate. Los jóvenes de la provincia sufren el abandono, y vos te enfrascás en luchas ideológicas mientras ellos siguen padeciendo. Así no. Los jóvenes muertos en la provincia son cosa de todos los días”, volcó en redes.

La cotidianeidad del crimen de la que habla Bullrich es el eje de la cuestión. Una cuestión que nadie resuelve, pese a todas las chicanas políticas que se utilizan. En un año electoral en el que, aunque sea por interés político, deberían empezar a aparecer las soluciones, todo se queda en enunciados. Y mientras tanto, la gente sufre, teme y muere. 

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