Estadísticas que alarman: “tener trabajo ya no es garantía frente a la pobreza”

Estadísticas que alarman: “tener trabajo ya no es garantía frente a la pobreza”

Trabajadores pobres, un nuevo fenómeno que cada vez se acentúa más en una Argentina injusta y desigual. Según un relevamiento de la UCA, el 30,1% de los trabajadores que son jefes de hogar, es decir que mantienen con su sueldo a su familia, no pueden cubrir la canasta básica. El informe advierte que “tener un trabajo ya no es garantía frente a la pobreza y eso muestra los límites del mercado laboral en la actualidad como espacio de integración socioeconómica”.

Se trata de trabajadores formales o registrados que sufren la pérdida del poder adquisitivo de sus salarios frente a la constante suba de precios. Las estadísticas marcan que los sueldos perdieron contra la inflación en forma ininterrumpida durante los últimos 5 años. Si hablamos de trabajadores informales, las condiciones precarias se acentúan y las chances de vivir en hogares pobres son aún más altas.

Hoy para no ser pobre una familia necesita ingresos por 203.361 pesos. El informe detalla que aún cuando un ocupado tenga un salario por encima de la línea de la pobreza individual, la composición de su hogar, en especial la presencia de menores de edad, son determinantes de la situación de pobreza. Por otro lado, en las casas con chicos, muchas veces hay más dificultades para que todos los adultos puedan incorporarse al mercado de trabajo por las tareas de cuidado que requieren los pequeños. Por último, el estudio advierte que los actuales sistemas de asistencia estatal como por ejemplo las asignaciones universales por hijo no alcanzan de ninguna manera para cubrir las necesidades de las familias.

Según el informe, el empobrecimiento generalizado de los trabajadores se debe a varios factores: la inflación ascendente que agrava la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, el abaratamiento de la mano de obra, ya sea por la precarización laboral o por el crecimiento del empleo informal, y el encarecimiento de los alimentos, que golpea sobre todo a los sectores de menores ingresos.

Esto explica en parte los números de una crisis que se sigue agudizando. Según datos de la Universidad Torcuato Di Tella, en el último semestre la pobreza llegó al 43,3% de la población, un número que no se registraba desde 2004, y la proyección no es alentadora: lejos de revertirse, los analistas creen que el porcentaje de pobres seguirá creciendo de acá a fin de año, cuando asuma el nuevo gobierno.

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