El hipertiroidismo de Graves: una complicación ocular que requiere cirugía en el 20% de los pacientes

El hipertiroidismo de Graves: una complicación ocular que requiere cirugía en el 20% de los pacientes


El Día Internacional de la Tiroides se celebra cada 25 de mayo con el objetivo de concientizar a las personas sobre la importancia del funcionamiento de la glándula en el organismo y su impacto sobre la salud. Según estadísticas recientes, aproximadamente el 20% de los pacientes diagnosticados con hipertiroidismo de Graves puede requerir una cirugía ocular. Esta enfermedad, que afecta principalmente a personas de entre 40 y 60 años, tiene una incidencia de alrededor de 210 casos por millón de personas al año en la población general. Además, se observa una relación desproporcionada entre mujeres y hombres, con 3,9 casos por cada hombre afectado.

El hipertiroidismo de Graves puede tener un impacto significativo en los ojos y los tejidos circundantes, debido a la inflamación y el aumento del tamaño de los tejidos musculares y adiposos. La glándula tiroides desempeña un papel crucial en este proceso, ya que la órbita ocular es una cavidad inextensible rodeada por huesos, lo que impide que los tejidos oculares puedan acomodar su aumento de volumen. Esto provoca el desplazamiento de los ojos hacia afuera y la formación de “bolsas” en los párpados debido al prolapso de la grasa.

Los síntomas característicos de la oftalmopatía de Graves son fácilmente identificables, como la retracción palpebral, que hace que uno o ambos párpados parezcan más abiertos de lo normal, los ojos saltones, la visión doble y el edema de párpados. En casos poco frecuentes, también puede presentarse úlcera corneal y compresión del nervio óptico, aunque la pérdida de visión es extremadamente rara.

En cuanto al tratamiento, la terapia con yodo radiactivo, comúnmente utilizada para tratar el hipertiroidismo, puede agravar la enfermedad ocular y debe evitarse en pacientes con enfermedad ocular moderada o severa. Además, se ha observado que los fumadores tienen una mayor propensión a desarrollar oftalmopatía de Graves, por lo que se recomienda que dejen de fumar y eviten la exposición indirecta al humo.

El enfoque terapéutico de la oftalmopatía de Graves depende de la fase en la que se encuentre la enfermedad. Durante la fase activa o congestiva, se utilizan tratamientos locales como gotas, inyecciones de toxina botulínica para descender el párpado superior y corticoides locales en el párpado inferior. En casos más intensos o cuando no hay respuesta al tratamiento local, se puede recurrir a terapias sistémicas con corticoides administrados por vía intravenosa.

En la fase crónica o cicatrizal, se abordan las secuelas de la etapa anterior y se busca corregir las alteraciones persistentes en los ojos, párpados y órbitas una vez que la inflamación ha disminuido. Para corregir la protrusión excesiva de los globos oculares, se puede realizar una cirugía de descompresión orbitaria, que aumenta el espacio dentro de la órbita y permite que los ojos retrocedan a su posición normal. También se pueden realizar cirugías en los músculos oculares para tratar la visión doble.

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