Condena a CFK: Ella está convencida de que nunca va a ir presa.

La vicepresidenta de la Nación fue condenada a 6 años de prisión e inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos. Cristina Kirchner aseguró que no será candidata, aunque es probable que dé un giro en su decisión y se termine postulando. ¿Qué sucederá con su jubilación millonaria?

El último martes, el Tribunal Oral Federal N° 2 condenó a Cristina Fernández de Kirchner a 6 años de prisión y la inhabilitó de forma perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública. El fallo fue apoyado por la oposición y fuertemente cuestionado por un oficialismo que respaldó a la vicepresidenta.

Desde Juntos por el Cambio, emitieron un comunicado en el que expresaron: “Este proceso ha sido ejemplar y demuestra que nadie está por encima de la ley en la Argentina. Este es otro capítulo del fin de la impunidad de la corrupción pública”. A su vez, agregaron: “La libertad de expresión y la igualdad ante la ley son pilares básicos en el funcionamiento de nuestra república. No hay riesgos para la democracia. Por el contrario, así funciona el Estado de derecho cuando se controla y aplica la ley con imparcialidad”.

Por su parte, una gran cantidad de referentes del peronismo rechazaron la condena y denunciaron una “mafia judicial”. Incluso desde la Casa Rosada consideraron que el fallo “constituye un claro cercenamiento de los derechos políticos de la vicepresidenta y del electorado, que busca proscribirla políticamente de cara a las próximas elecciones”. Mientras que remarcaron que “la sentencia constituye la concreción máxima del lawfare en nuestro país, como práctica violatoria de los derechos humanos que opera como condicionante de los procesos electorales, de la agenda política y de la opinión pública”.

Sin embargo, a pesar del fallo que se dio a conocer el martes, Cristina Fernández de Kirchner podrá apelar, a partir del 9 de marzo, para que su condena en la causa Vialidad sea revisada una vez que los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso den a conocer los fundamentos de su decisión. Las siguientes instancias judiciales son la Cámara Federal de Casación Penal y luego la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Cabe destacar que la vicepresidenta fue condenada solo por administración fraudulenta y no por asociación ilícita. Por el momento, no podrá ir presa debido a que la condena no está firme, lo que significa que podrá ser candidata y seguramente tendrá fueros que le dan inmunidad de arresto.

Cristina Kirchner declaró que no será candidata a nada en 2023, aunque es muy difícil creer que no va a utilizar los fueros para eludir cualquier posibilidad de detención. Para que sea detenida y vaya presa después de una condena firme, tiene que existir un juicio político y debería ser destituida a través de este mecanismo que le quitaría los fueros.

Eso no va a pasar, ya que cuando la sentencia quede firme Cristina Kirchner habrá cumplido 70 años el día 19 de febrero, por lo tanto también podría corresponderle la detención domiciliaria. Es muy probable que la vicepresidenta nunca pise un penal, aún cuando el fallo quede firme e incluso cuando se acumulen otras condenas. 

No obstante, el hecho de que resulte condenada es el peor castigo que puede recibir Cristina Kirchner. Quedará en la historia como la ex presidenta que fue sentenciada por corrupción y a la que le confiscaron los bienes producto de haberle robado a su gente.

Recordemos que, si la sentencia queda firme, la actual vicepresidenta perdería la jubilación de privilegio de unos 10 millones de pesos que cobra cada mes, además de la pensión y la administración de sus bienes por el decomiso de 84 mil millones de pesos que dispuso el Tribunal Oral Federal 2. Sin embargo, ella está convencida de que nunca va a ir presa.

En las últimas horas, la ex mandataria nacional dio positivo de Covid-19, por lo cual se vio obligada a postergar el acto del Grupo de Puebla que iba a encabezar el próximo lunes, en lo que iba a ser su reaparición pública luego de la condena con la presencia de diferentes organizaciones sociales, sindicales y políticas.