Colectivos en la mira: Otros 3 ataques en apenas horas.

En la provincia de Buenos Aires las promesas tardan apenas días en esfumarse y la realidad se ocupa de aplastar las esperanzas de seguridad, al menos a corto plazo. Nueve días pasaron nada más del crimen de Daniel Barrientos, el chofer de la línea 620, frente a los pasajeros de un colectivo en Virrey del Pino. Nueve días pasaron de la agresión que sufrió el ministro de seguridad Sergio Berni por parte de trabajadores hartos de sufrir robos y poner su vida en riesgo. Nueve días pasaron desde los anuncios de que gendarmería iba a subir aleatoriamente a los colectivos para combatir la inseguridad.

Esta madrugada, tres colectivos sufrieron ataques en distintas zonas del conurbano. En Moreno, dos delincuentes subieron a la línea 23 y le pegaron un culatazo y le tajearon la cara al chofer para robarle hasta las zapatillas. Unas horas después, en General Rodríguez, apedrearon y destrozaron los vidrios de un interno de la línea 57 que circulaba por el camino del Buen Ayre. Por último, en Fuerte Apache, un grupo de delincuentes atacó a los pasajeros que viajaban en la 161.  Ignacio Carlos, delegado de esa línea, relató el terror que se vivió en el micro: “Subieron en Liniers como 3 personas normales y al llegar a Fuerte Apache empezaron a robar a los pasajeros. A una mujer le pegaron un culatazo en la cabeza y la lastimaron y a otro pasajero le gatillaron y la bala no salió”, relató. Además detalló una estadística escalofriante:  “Esto pasa más seguido de lo que parece. Debe haber un robo por semana en nuestra línea”.

Viajar en colectivo en algunas zonas del conurbano parece haberse convertido en una suerte ruleta rusa, en la que uno se sube y no sabe qué le puede tocar. Muchos pasajeros no se bajan en las paradas en las que deben porque ven movimientos extraños pero no pueden escapar si los delincuentes son los que llegan armados al micro. Los choferes reclaman más presencia policial y controles preventivos. Por lo pronto, desde el ataque, la línea 161 no entra a Fuerte Apache. “Sabemos que estamos perjudicando a los pasajeros pero es la única forma que tenemos de protegernos”, dicen. Tampoco andan las líneas 288, 311, 312, 329, 422, 500 y 501 que corresponden a la empresa del chofer asaltado en Moreno.

En el conurbano, a las promesas de seguridad se las lleva el viento. Mientras tanto, los colectivos que llevan trabajadores y estudiantes, siguen siendo blanco fácil de delincuentes cada vez más violentos.

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