Sigue la preocupación por el deterioro del sistema de salud para nuestra niñez

Sigue la preocupación por el deterioro del sistema de salud para nuestra niñez

Los bajos salarios y las maratónicas jornadas laborales llevan a los estudiantes a especializarse en otras ramas de la medicina. Los diferentes centros de salud se encuentran en alerta ante la escasez de personal y el panorama es desalentador para lo que viene.

En los últimos días, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) publicó un comunicado manifestando su preocupación por la cantidad de vacantes que han quedado sin adjudicar en las residencias de Clínica Pediátrica, Neonatología y Terapia Intensiva Pediátrica de todo el país.

Los profesionales entienden que se trata de “una situación emergente, compleja y multicausal” y remarcan que “la pauperización de la profesión, la necesidad del pluriempleo y los diferentes contextos de formación condicionan la decisión de los profesionales recién egresados, que resulta en detrimento de su formación y de la atención pediátrica en general”.

Al analizar los registros en el sistema de residencias en pediatría durante 2021 se puede observar que el 30% de las vacantes pediátricas no fueron ocupadas; mientras que los resultados provisorios en lo que va del 2022 son incluso más desalentadores teniendo en cuenta que son los residentes quienes muchas veces soportan las cargas laborales de los hospitales públicos.

Desde la SAP, insisten en que “el sistema de residencias médicas, puesto en práctica en ámbitos de formación supervisados, bien remunerados, respetuosos y seguros, constituye la mejor opción para la formación de especialistas en todas las áreas de la pediatría y propicia las condiciones básicas para alcanzar el mejor nivel de atención de nuestros niños, niñas y adolescentes”.

La realidad marca que un médico invierte alrededor de 10 años para ser pediatra y afronta el periodo de residencia con sueldos bajos para la carga laboral que implica su labor. Se estima que un residente gana entre $110.000 y $130.000 mensuales luego de trabajar entre 90 y 100 horas a la semana producto de las jornadas diarias que rondan las 12 horas y las guardias de 24 horas durante los fines de semana.

Pablo Moreno, presidente de la SAP, explicó que “somos el único país de la región con este inconveniente” y propuso “llevar adelante un debate y un análisis de toda la sociedad, donde el Estado, las universidades y las sociedades científicas tenemos que debatir y repensar el modelo del ejercicio profesional de las especialidades clínicas”.

Frente a esta situación, la comunidad médica advirtió sobre las consecuencias futuras y solicitó “una pronta solución que asegure una formación adecuadamente remunerada, digna y de calidad científico-técnica” para evitar que, ante los bajos sueldos, las horas interminables de trabajo y el estrés, los médicos emigren al sector privado.

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