Sergio Massa… un fracasado con actitud

Sergio Massa… un fracasado con actitud

Por Lic. Rodolfo Florido

La provincia de Buenos Aires tiene una suerte de sino de complicada explicación. Es un por un lado la madre de las batallas políticas para acceder a la Presidencia pero tiene en paralelo una extrema dificultad para construir un candidato propio que la deposite en el centro de la escena. Ningún Gobernador logró ser Presidente de la República y solo un bonaerense (del 83 a la fecha) como Raúl Alfonsín alcanzó la Presidencia siendo él bonaerense.

Esta vez lo intentará Sergio Massa. El mimado del empresariado prebendario. La venganza oculta de la UCEDE (dicen algunos), aquel viejo partido de Álvaro Alsogaray, sobre el que el peronismo supo en los años de Menem cooptar a María Julia Alsogaray, Adelina Dalesio de Viola sus figuras más rutilantes y que luego implicara la virtual desaparición de aquel partido.

Algunos dicen que Sergio Massa fue por aquellos años una suerte de Caballo de Troya con efecto tardío. Lo cierto es que Massa pasó de la UCEDE (en la foto de la nota se lo puede ver con el diputado nacional de la UCEDE Jorge Aguado su padrino político de aquellos tiempos) al peronismo porque su ambición de Poder siempre fue mayor que su coherencia.

Ya lo dice Horacio Verbitsky (el lóbulo izquierdo del cerebro de Cristina) en su última columna en “El cohete a la Luna” https://www.elcohetealaluna.com/azul-claro-o-celeste-oscuro Rodríguez Larreta y Sergio Massa son “azul claro o celeste oscuro”.

En esa línea es notable el esfuerzo de algunos sectores empresariales y periodísticos por instalar que el fracaso de Massa es un triunfo ya que si no estuviese él, todo sería peor. Argumento contra fáctico si lo hay. Con Guzmán la inflación interanual volaba hacia el 70% y con Massa vuela hacia el 120/140% interanual. Pero te cuentan que esto es un éxito. ¿Caída del consumo con mayor inflación y eso es un éxito?

“Massa asumió a 24 horas de que nos fuéramos en helicóptero” dijo el Intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi. La construcción semántica de Ferraresi es patética ¿con 70% de inflación interanual estábamos a horas de irnos en helicóptero  pero con 140%  el helicóptero se queda en tierra?

La estrategia de Massa es clarísima. Convencer a todos los que pueda que el infierno está a la vuelta de la esquina y que solo él nos puede sacar de ese riesgo por el mismo creado. Pirómano y Bombero. Y todos le compraron el cuentito, incluso Cristina. Entre otros motivos porque, como se dice en el futbol, no quedó nadie en el banco y hasta los lesionados deben quedarse en la cancha.

A Massa nada de esto le importa. El sabe que no va a ganar. No le importa. Podrá decir…, fui el único que se hizo cargo porque Cristina se borró, Máximo aseguró sus fueros y Kicillof fue a la más segura (aunque no lo fuese), para él, Massa me refiero, quiere venderse como una suerte de Güemes de la retirada que aguanta mientras todos huyen.

O sea, una falacia que alimentan algunos empresarios mediáticos y no mediáticos que hacen pingues negocios con obras por Massa concesionadas. Algunos de ellos, los mismos que los de la causa “Cuadernos”.

Massa es muchas y muy oscuras cosas, pero no es idiota. Hace 4 años no tenía más destino que intentar volver a Tigre. Hoy puede aspirar a quedarse con el Partido Justicialista, un kirchnerismo devaluado, una Cámpora en retirada y una Cristina a la que el tiempo le pegó mal cuando el 54% se transformó en 25% y la carroza en calabaza.

El único objetivo de Sergio Massa es que el peronismo no haga la peor elección de su historia. Las PASO del 2021 con el 31% y las elecciones de 1997, 38%. Cualquier resultado que oscile en el rango del 38% es oxigeno para un futuro que él tiene y que ni Cristina ni Máximo poseen.

En el Futbol a los Massa de la vida se los llama vendedores de humo. Apelan a la escasa memoria colectiva, a la necesidad social de que alguien cargue con sus fracasos, a la “actitud” que disimula los errores y a ese tipo de empresarios que festejan cualquier obviedad en tanto se llenen sus cuentas bancarias. Un último aspecto a dilucidar; la representación parlamentaria. Si pierde, lo más probable, no importa en tanto su número sea el suficiente para paralizar el gobierno entrante. Massa en este campo tiene un problema casi insoluble. Su bloque estará constituido casi hegemónicamente por el kirchnerismo camporista. Un pequeño regalo que se hicieron así mismos para condicionar la elección de Massa. Así, a Massa solo le queda rezar a San Judas Tadeo, el Santo de las Causas Imposibles. Claro que en su forma de ver las cosas, hoy tiene más vida que hace 4 años. O sea, un fracasado con actitud.

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