Polémica en Pilar: Vecinos contra el nuevo código urbano
Denuncian que buscaba avanzar sobre la propiedad privada: hubo un freno de la oposición.
El intendente kirchnerista Federico Achával modificó el código urbanístico de Pilar en una sesión con mucha polémica en la legislatura. La ley cosechó 14 votos positivos y 7 negativos en medio de las críticas de la oposición y la presión para que no se avance sobre la propiedad privada.
En este sentido, la concejal del PRO Adriana Cáceres sostuvo: “los pilarenses le pusimos freno a las expropiaciones k. Con los vecinos levantamos la voz y dijimos que con la propiedad privada no se jode. Ahora cada pilarense podrá decidir en libertad qué hace con su suelo sin un Municipio que lo obligue”.
La palabra “expropiación” generó muchas rispideces y el Frente de Todos resolvió sacarla del proyecto antes de su votación. La reemplazaron por lo dispuesto por la Ley de Hábitat provincial, que otorga a los municipios facultades para actuar sobre “edificaciones abandonadas y derruidas y sobre terrenos baldíos” en zonas de utilidad urbana. Pero desde la oposición advirtieron que el proyecto tal como estaba ponía en peligro la propiedad privada y concentraba más poder y discrecionalidad en el Estado municipal. Explicaron que el nuevo código obligaba al propietario de un terreno a usar el suelo y le ponía plazos con la amenaza de que si lo mantenía desocupado podía ser ser usado para fines públicos.
Concretamente, los referentes del PRO denunciaban que la intendencia quería ir por la propiedad para después regalar las tierras en un claro acto de clientelismo.
Por eso, obligaron a rever esos puntos y lograron que se diera marcha atrás en varios ítems polémicos. “Ya no se obliga a los propietarios a construir o hacer modificaciones sobre su tierra o propiedad y se elimina el impuestazo del 50% sobre terrenos baldíos y edificaciones inconclusas”, dijo Cáceres.
Sin embargo,los cambios con respecto al código aprobado por el exintendente Nicolás Ducoté en 2018 son profundos. Implicarán una rezonificación en todo Pilar con algunos otros puntos que encendieron las alarmas: se van a hacer nuevas vías de ingreso a la Panamericana y se va a aprobar la construcción de edificios y zonas comerciales al costado de la autopista. También se ampliarán las zonas destinadas a uso industrial, pese a que muchos vecinos vienen desde hace años protestando contra las industrias ya instaladas por su impacto en el medio ambiente.
Desde la intendencia hablan de una modernización del partido y de una reorganización territorial necesaria para generar oportunidades de inversión. Sostienen que aunque Pilar es un distrito muy grande porque posee 352 kilómetros cuadrados, hoy no hay oportunidades de acceso a la tierra y a la vivienda y con el nuevo código se aumentará esa superficie disponible a través de una rezonificación. Pero varias organizaciones vecinales sostienen que esto llevará a una “conurbanización” de Pilar al pasar del 40% del área urbana actual a una que cubra el 100% y también a un colapso de la capacidad de los servicios como el agua.
Por último, otro de los puntos muy polémicos de lo aprobado en la legislatura es la eliminación del Consejo Asesor Urbano Ambiental, que era un órgano de control y contrapeso creado en 2018 y que ahora, al dejar de existir, aumenta el poder del intendente para avanzar con proyectos de urbanización.
