Más inflación y más informalidad laboral, el combo del que se alimenta la pobreza en el conurbano

Más inflación y más informalidad laboral, el combo del que se alimenta la pobreza en el conurbano

En marzo, la canasta básica medida en base a alimentos en comercios de cercanía de barrios populares de 20 distritos del conurbano saltó un 8,97 %, pone en jaque a miles de familias y acumula un 31,82% de aumento en los primeros 3 meses. Son datos del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), que mes a mes mide y pone en relieve cómo la inflación pega más fuerte en los sectores más vulnerables porque lo que más empuja los índices son los alimentos y servicios básicos.

Según relevamientos del ISEPCI en los negocios de los barrios populares del Conurbano la carne subió en marzo un 10,44% y acumula un 40,71% en lo que va del año. Las frutas y verduras tuvieron subas de 12,56% y llegan al 39,76% en el primer trimestre mientras que los productos de almacén crecieron 6,26% en el último mes y ya alcanzan el 22,66%.

Con estas subas, una familia tipo de 4 personas necesitó 190.929 pesos para no caer bajo la línea de la pobreza, un 30,56% más que en diciembre, cuando se precisaban 146.226 pesos para no ser pobre. Para no ser indigente se requirieron ingresos por 84.478 pesos mientras que a fin de 2022 se necesitaban 64.134 pesos. 

Estos aumentos se dan en un contexto de baja de desocupación que, pese a ser una buena noticia, no logra reducir el problema de las familias, que cada vez están más asfixiadas. Eso se explica por otra característica que predomina en el conurbano: la informalidad laboral.

“Según el Indec, a lo largo de 2022 los trabajadores registrados tuvieron aumentos promedio del 95,8% mientras los no registrados alcanzaron incrementos de solo el 65,4% contra un aumento del 101,3% de la canasta de alimentos.

El deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores en general y en particular de los no registrados, que son el 35% de los asalariados, explica por qué en un contexto de baja de desocupación la pobreza no solo no baja sino que sigue aumentando”, explica Isaac Rudnik, director nacional del ISEPCI.

En un año electoral y con toda la batería de asistencias estatales, la pobreza gana la pulseada en los barrios del conurbano y la crisis, lejos de menguar, promete agravarse al ritmo de la brecha cada vez más creciente entre los salarios y la inflación.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Open chat
1
Contanos qué pasa en tu barrio...
¿Cómo podemos acompañarte?