Los dos frentes de Kicillof
Hace pocos días Axel Kicillof acusó de estafador electoral a Javier Milei y dijo que hizo todo lo contrario a lo que planteó en la campaña. “Prometió que el ajuste lo iba a pagar la casta y lo está pagando el pueblo, la clase media y los industriales”, sostuvo. Ahora, en el afán de posicionarse en la vereda lo más opuesta posible al Presidente, desde su administración adelantaron que le pedirán al Gobierno nacional el traspaso de obras consideradas clave que están inconclusas por el freno de los fondos destinados a la obra pública.
Una de esas obras es la Autopista Presidente Perón, que atraviesa varios distritos bonaerenses como Berazategui, Ezeiza, Florencio Varela, Ituzaingó, La Matanza, Merlo, San Vicente y Presidente Perón. El ministro de gobierno bonaerense Carlos Bianco anunció la creación de un Consorcio de Gestión y Desarrollo que buscará reimpulsar la construcción de la autopista que, según dijo, “es una de las obras abandonadas por el Gobierno nacional”.
Blanco detalló que de los 83 kilómetros de la autovía “se finalizaron 52 durante la gestión anterior”, pero hay tramos ya terminados que no tienen iluminación ni seguridad. “Vamos a solicitarle al Gobierno nacional que traspase a la provincia la operación, el mantenimiento y la finalización de las obras sobre la autopista”, dijo.
Pero el frente abierto con el Gobierno no es el único que tiene Kicillof. La interna del peronismo toma temperatura conforme él va elevando su perfil de candidato y posible líder de la oposición a Milei.
Después de que Máximo Kirchner advirtiera a micrófono abierto que “la conductora es Cristina”, desde el riñón del gobernador bonaerense salieron a cruzarlo. Fue Andrés “Cuervo” Larroque, devenido armador político de Kicillof, quien advirtió que “una fuerza política empieza a perder funcionamiento cuando se considera que tiene razón el que más poder tiene”. El mensaje fue directo para la ex Presidenta y su hijo, que buscan controlar los hilos del PJ y definir la estrategia para enfrentar al Gobierno en las elecciones de medio término de 2025. En ese sentido, Larroque, que muchas veces blanquea el pensamiento privado de Kicillof, apuntó contra el verticalismo que plantean los Kirchner y agregó: “El peronismo no es iluminista, no hay alguien que viene con la verdad. La verdad reside en el pueblo y hay que saber escucharlo”.
Con dardos hacia adentro y hacia afuera, Kicillof busca hacer equilibrio y ganar poder pensando en las presidenciales. Sin embargo, en medio de la crisis, gestionar la provincia, jaqueada por la inseguridad y la pobreza, se erige como una prueba de fuego que por ahora el gobernador no parece poder sortear con éxito.