Los desafíos de Kicillof: El kirchnerismo duro busca refugiarse en Buenos Aires

Los desafíos de Kicillof: El kirchnerismo duro busca refugiarse en Buenos Aires

Antes de reasumir en la gobernación bonaerense, Axel Kicillof se reparte entre el armado de su nuevo gabinete y las reuniones con intendentes y dirigentes del peronismo, el kirchnerismo y el massismo para intentar elaborar una red de contención que le permita administrar la provincia sin el respaldo del gobierno nacional.

Kicillof sabe que es uno de los pocos sobrevivientes del naufragio que dejaron las elecciones en Unión por la Patria y que puede erigirse como posible líder del espacio de la oposición, pero a su vez debe afrontar los problemas estructurales y las deudas sociales de la provincia más populosa del país sin gozar de las transferencias y el apoyo político que bajaba hasta ahora desde la Casa Rosada.

Para eso, el gobernador empezó a recomponer relaciones con Máximo Kirchner y los nombres pesados de La Cámpora, con quienes se enfrió la relación durante la campaña. Kicillof siente que lo dejaron solo traccionando a Massa, pero ahora necesita de nuevos apoyos para poder hacerse fuerte en un contexto político adverso.

En este sentido, este miércoles recibió a la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza, al intendente de Ezeiza, Alejandro Granados y al intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi, para empezar a pensar en los 4 años que vienen en un territorio muy dividido, donde Milei sacó apenas 144 mil votos menos que Massa.  La señal es clara: el kirchnerismo se replegará en la provincia e intentará crecer desde allí para ser opción en las próximas elecciones.

Una de las tareas más urgentes es reemplazar a varios de sus ministros, que tienen distintos destinos tras las elecciones. Entre otros dejarán sus cargos Sergio Berni en la siempre sensible cartera de Seguridad, Julio Alak en Justicia, Walter Correa en Trabajo y Leonardo Nardini, en Infraestructura. Varios de esos puestos podrían ser ocupados por nombres del núcleo duro K o del gobierno nacional saliente. Uno de los que podría desembarcar en la provincia es el actual ministro de Infraestructura Gabriel Katopodis, de muy buena relación con los intendentes.

En relación a los jefes comunales se plantea otro de los desafíos de Kicillof. Muchos ya le transmitieron su inquietud por el freno a cero que planteó Milei en la obra pública y otros tantos empiezan a pensar que tal vez el gobernador no sea el mejor interlocutor y creen que se puede dar un diálogo más directo con el futuro presidente que los termine beneficiando de alguna manera. Con ellos deberá barajar y dar de nuevo para mantener lealtades y lograr que lo impulsen a comandar a los gobernadores peronistas en el desafío de recuperar la credibilidad pensando en volver al poder en 2027.

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