La resistencia: cada vez más vecinos se le animan a los delincuentes

La resistencia: cada vez más vecinos se le animan a los delincuentes

Se conocieron imágenes de una mujer en bernal que enfrentó a los ladrones e impidió que le robaran el auto. En san antonio de padua y en ciudad evita también hubo episodios donde el hartazgo ante la inseguridad armó de valor a la gente.

La crisis de la seguridad en la provincia está haciendo emerger un fenómeno preocupante y peligroso: los vecinos, ante la ausencia total de policías, empiezan a animarse a enfrentar a los delincuentes que muchas veces están armados. Los robos son tan frecuentes que ya todos los que viven en barrios peligrosos del Conurbano asumen que en algún momento van a tener que enfrentar un asalto y muchos reaccionan de forma temeraria, aún poniendo en riesgo sus propias vidas.

Este viernes fue el caso de una mujer de Bernal, que sufrió el ataque de dos violentos ladrones que la emboscaron después de estacionar su auto en la Av. Lamadrid, a metros de Lavalle. En el video se ve cómo los delincuentes se demoran en la calle y preguntan algo en un comercio mientras esperan a que la víctima se baje. Inmediatamente le cortan el paso y le sacan las llaves. Pero, lejos de resignarse, la vecina sigue luchando. Se les planta delante del coche y no los deja arrancar mientras con señas y alaridos advierte que la están asaltando.

Ante los gritos,  otros vecinos  salieron a la vereda e incluso un colectivo paró cerrándole la posible huida al auto. Los ladrones se tuvieron que bajar y escaparon corriendo del lugar.

En los últimos días se conocieron varias imágenes de esta resistencia desesperada de las víctimas. En San Antonio de Padua,  Tamara esperaba el colectivo cuando dos motochorros armados le quisieron sacar el celular. Ella luchó, los enfrentó y los puso en fuga incluso pese a que le gatillaron varias veces y le pegaron un culatazo en la cabeza.

En el barrio 22 de enero de Ciudad Evita, varios vecinos impidieron que dos delincuentes le robaran a una abuela y su nieto cuando ella lo acompañaba a la parada para ir a trabajar. Atacaron con piedras y palos a los ladrones y los ahuyentaron sin que ningún patrullero apareciera nunca.

La ausencia del Estado acorrala a los vecinos. Cuando la policía no aparece, surge el coraje de la gente, el miedo se transforma en furia y en una resistencia visceral que muchas veces puede poner la vida en riesgo. Pese a que en algunos casos sale bien, no hay que perder de vista que los vecinos siguen indefensos. 

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