La inflación se modera en el conurbano, pero los ingresos siguen atrás
Los precios estables de la economía se reflejan en una suba apenas perceptible de las canastas básicas en el conurbano bonaerense.Sin embargo, la evolución de los salarios y las jubilaciones sigue por debajo de los aumentos de alimentos y servicios, lo que explica el padecimiento de los estratos medios y bajos de la población de la provincia.
Según un relevamiento del Instituto de Investigacióin Social, Económica y Política Ciudadana sobre comercios barriales de 20 distritos bonaerenses, en el último mes la Canasta Básica de Alimentos tuvo un aumento del 0,4%. Así, una familia tipo que en octubre necesitaba 414.923 pesos necesitó 416.599 pesos para adquirir los mismos alimentos en noviembre. Sin embargo, si se comparan los costos con los de noviembre del año pasado, el aumento llega al 127,77%.
Si lo que se mide es la Canasta Básica Total, que incluye el precio de los servicios, el incremento es más elevado. En noviembre una familia de cuatro integrantes necesitó en el conurbano bonaerense $945.681, un 1,29% más que en octubre, cuando se necesitaron $933,577. Un año atrás, en noviembre de 2023, cubría las mismas necesidades con $393.246, o sea que requirió un incremento en su presupuesto familiar de 140,48%.
En su informe, el Isepci sostiene que la baja de la inflación se explica por la caída del poder de compra y el descenso de la actividad económica en general y puntualiza que las subas de precios siguen por encima de la evolución de los salarios.
“Desde diciembre de 2023, cuando asumió este gobierno, y los primeros meses del 2024, impulsada primero por la devaluación del 120% y después por la desregulación total de los controles de precios, tuvimos que afrontar una constante suba de precios de las Canastas Básicas, que invariablemente no descendían de dos dígitos. En la segunda parte del año, al ritmo de una fuerte contracción del poder adquisitivo de la mayoría de la población, descenso de la actividad económica, y caída de las ventas, los aumentos, sin dejar de producirse, se fueron paulatinamente moderando, oscilando en valores de un dígito. Así llegamos a estos últimos meses que las subas del Índice de Precios al Consumidor que mide el INDEC están en el orden del 3/4% o algo menos, al igual que las variaciones de las Canastas Básicas”, afirma Isaac Rudnik, titular del Isepci.
Sin embargo, explica que ese descenso de la inflación no fue acompañado por un aumento en los ingresos. La variación medida desde diciembre hasta octubre de este año arroja que el salario mínimo subió un 74% y las jubilaciones mínimas un 45,7% mientras que los alimentos aumentaron un 88%, los servicios un 216,6% y el transporte un 124%.
“No hay ningún dato que corrobore recuperación del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones. El gobierno con su relato signado por una multiplicidad de mentiras intenta encubrir lo que es inocultable: el ajuste que viene imponiendo, que le permite mostrar equilibrio fiscal, es a costa de una reducción de los ingresos de jubilados y de las remuneraciones de los sectores de menores ingresos”´, concluye Rudnik.