La gran titiritera

Por Lic. Rodolfo Florido
García Furfaro Vs Spagnuolo… ¿en qué se diferencian y en que se parecen?
Entiendo, comprendo y aplaudo a aquellos periodistas que se ocupan con honestidad intelectual en los casos de corrupción relacionados con las productoras y distribuidoras de medicamentos, sean estos para hospitales, sean estos sectores de discapacitados. Sean estos HLB Pharma, sean estos la droguería la Suizo Argentina
Si deberían detenerse en algunos puntos para que la ecuanimidad no se tiña de venganzas, maniobras políticas o egos personales.
Algunos dirán y no sin razón que en ambos casos existen en común ligazones con la corrupción y que esta debe ser denunciada independientemente del color político de los implicados.
Ahora bien, convengamos que mientras en un caso todavía la justicia (el Juez Kreplac, hermano del Ministro de Salud) no hizo allanamientos, secuestros de celulares, computadoras, o en el mejor de los casos le dio a los implicados 2 meses para deshacerse de papeles y registros digitales etc. (caso García Furfaro) mientras que en el otro, (caso Spagnuolo) el Juez autorizó el pedido del Fiscal Picardi de 15 allanamientos, detenciones y secuestro de material y todo en menos de 24/48horas.
Extraño cuando menos. En un caso con 96 muertos todavía faltan decenas de medidas por tomar, mientras que en el otro y sobre la base de una grabación ilegal y no se sabe si editada, todo fluyó con una rapidez que a todo el país le encantaría ver en todos los casos similares que hay en la justicia argentina.
Obvio que prefiero sin lugar a duda alguna la velocidad de Picardi aunque sea extraño que un Juez siempre citado por su lentitud haya encontrado ahora una velocidad que envidiaría la Formula 1.
Si es extraño que no haya tenido la misma rapidez para identificar a quien correspondía la voz del otro lado del teléfono de Spagnuolo y quien dispuso del equipamiento sumamente sofisticado que supone intervenir un celular ¿o quizás 30 y hasta 600 simultáneamente? sin autorización judicial y donde quedan los ciudadanos comunes o los funcionarios políticos y los periodistas que están expuestos a que sus conversaciones privadas sean intervenidas sin orden judicial y cualquier comentario nacido al calor de una charla de amigos se transforme en un escándalo de dimensiones nacionales sino internacionales y sus comentarios adquieran el carácter de prueba judicial en su contra por algún funcionario judicial apresurado por quedar bien con una ex Presidenta condenada y desesperada por probar algo que es más que obvio y eso es que ella no es más corrupta que otros funcionarios de otros gobiernos ya que la corrupción no se establece por el monto sino por la acción.
El tema a investigar también es quien o quienes, de manera “privada” pueden comprar por sumas que van desde los 33 millones de pesos hasta los 600 mil euros, para así acceder a las comunicaciones de personas no investigadas por el Poder Judicial pero con sus teléfonos intervenidos como si lo fuesen.
Una de las empresas argentinas que venden estos equipos a particulares que dispongan del dinero, señala en su propio sitio web
“IMSI Katcher 4G
TS9732
Escanea y detecta automáticamente los celulares, incluso en la red 4G/LTE, recolectando toda su información de identificación.”
Otra firma con sede en Dubai lo ofrece por Internethttps://tsaintuae.com/imsi-catcher-interception-systems
Otra firma dice que su equipo puede intervenir hasta 300 celulares pero su costo ya se eleva a los 600 mil euros https://www.serviciosnhs.com/maletin-villarejo-telefonos.html
En otras palabras si todo vale y aún cuando el objetivo pudiera ser loable, la repetición de este tipo de recursos, más allá de los idiotas que hablan de más o los que venden influencias que no tienen, toda persona con un poco de poder (en cualquiera de los tres poderes del Estado y de las empresas de todo tipo) quedan expuestas a que sus palabras expresadas en privado y sin que medie acción judicial alguna, pueda ser utilizada de manera total o parcial con Inteligencia Artificial.
En resumen, sea cual sea el caso, ojalá la corrupción asome con crudeza y sea condenada y condenable por la sociedad toda, siguiendo las normas del debido proceso sin demoras inexplicables y sin velocidades tan inexplicables con las demoras anteriores.