Kicillof retuvo la provincia e impulsa a Massa
Fue el gran ganador de la noche. Las encuestas ya anticipaban su triunfo pero no tan holgado. Pese al 47% de pobreza oficial -un número que quedó viejo después de la devaluación de agosto y la fuerte aceleración de la inflación de los últimos meses-, pese al escándalo de corrupción de Insaurralde, pese a la inseguridad sin control que se vive en cada esquina de los barrios del conurbano, Kicillof fue reelecto con casi el 45% de los votos.
El gobernador no solo dobló en votos al candidato de Juntos por el Cambio, Néstor Grindetti, sino que le arrebató Lanús con el triunfo de Julián Álvarez y también ganó en Lomas de Zamora, donde las acusaciones contra Insaurralde no parecieron hacer mella en la intención de voto de Federico Otermin, que sacó el 49,82%. También hubo triunfos de los intendentes del peronismo en La Matanza, Almirante Brown, Avellaneda, Quilmes, Berazategui, Moreno, Florencio Varela, Merlo y San Martín, entre otros. Y dieron vuelta los malos resultados de las PASO en Morón. Juntos por el Cambio retuvo las intendencias de Vicente López, Tres de Febrero, San Miguel y San Isidro y ganó en Zárate, donde la candidata de Unión por la Patria era la mujer de Sergio Berni, Agustina Propato. En La Plata, la pelea es voto a voto entre Julio Alak y Julio Garro, que terminaron con una diferencia menor a mil votos a favor, por ahora, del candidato de Unión por la Patria.
En medio de los festejos de Kicillof, la consigna fue no relajarse hasta que Massa llegue a la presidencia. El gobernador sabe que la provincia va a ser clave para que el ministro-candidato logre imponerse sobre Milei en el balotaje del 19 de noviembre. Por eso el aparato, que pareció dormido en las PASO y se despertó en la elección del domingo, no descansará este mes y los intendentes que retuvieron y aumentaron el caudal de votos del peronismo fueron convocados desde ayer mismo a seguir con la campaña.
La remontada de Massa en las generales anunció también una reconfiguración de los liderazgos dentro del PJ. Su discurso deskirchnerizado del domingo por la noche, sin ningún dirigente al costado, sin menciones ni a Néstor ni a Cristina, y con una amplia convocatoria a un gobierno de unidad lo erigen como un potencial nuevo jefe del heterogéneo espacio. Habrá que ver si Kicillof empieza a responderle a él y no a Cristina Kirchner de quién sí se acordó el gobernador tras su reelección.
En las últimas semanas de campaña, Kicillof habló de la provincia como una “locomotora” para la candidatura de Massa. Con el envión del triunfo, buscará que de acá al 19 de noviembre esa máquina traccione los votos necesarios para despejarle el camino a la Rosada al ministro de economía.