Dólar desbocado: el impacto en la comida de todos los días
DÓLAR DESBOCADO: EL IMPACTO EN LA COMIDA DE TODOS LOS DÍAS
La suba de la semana pasada sólo aumenta la incertidumbre. En el conurbano, donde la pobreza oficial llega al 45%, los precios de los alimentos suben incluso más que en el promedio general
La inflación del primer trimestre fue del 21,7%, pero las canastas básicas que determinan quién queda por debajo de la línea de la pobreza y la indigencia subieron 25,4 y 30,6% respectivamente. Esto significa que la suba del índice de precios pega sobre todo en los sectores vulnerables y donde más se siente: en la comida diaria de los hogares.
En marzo, una familia tipo de 4 integrantes necesitó $191.228 pesos para no ser pobre y $87.719 para no ser indigente. Tres meses atrás, la misma familia necesitaba $152.515 para no caer bajo la línea de la pobreza y $67.187 para no caer en la indigencia.
El rubro alimentos acumuló solo en lo que va del año un 28,2% de aumento en promedio, con subas que superan largamente ese número. Los alimentos frescos, por ejemplo, que son los lácteos, las carnes, los huevos y las frutas y verduras subieron un 34%.
Quienes esperaban que la inflación diera algo de respiro en abril, perdieron toda esperanza con la escalada del dólar de la semana pasada. Los analistas hablaban principalmente de la sequía y la gripe aviar como motores del aumento de precios pero ahora suman el contexto de incertidumbre política y de baja credibilidad del Gobierno para adelantar que el 7,7% de marzo fue una bisagra que marcará un piso de inflación muy alto de acá hasta que termine el mandato de Alberto Fernández.
A eso se le suma que en muchas zonas del conurbano, el aumento de precios es mayor porque los programas oficiales como “precios justos” sólo tienen vigencia en las grandes cadenas de supermercados pero no tienen bocas de venta en los barrios populares.
La última medición del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) arrojó la suba de alimentos mensual más alta desde la crisis de 2001 en los partidos del Gran Buenos Aires: un 13,85%. Eso explica en parte que el 45% de la población bonaerense, donde vive el 25% del país, esté bajo la línea de la pobreza. Y las proyecciones no son alentadoras de acá a diciembre.