¿Discriminación a una docente en San Martín?

¿Discriminación a una docente en San Martín?

Una educadora daba “mala imagen”; con sus problemas de salud, y por eso la dejaron sin laburo.
La docente Patricia Bulacio presentó una denuncia ante la Inspección Distrital de San Martin y la
Regional por la discriminación que sufrió por parte de las autoridades de la Escuela Nº 61 de San
Martín, la directora Débora Sosa y la secretaria Patricia Pata, y de la inspectora Lelia Sarda. A raíz de
una enfermedad quedó con movilidad reducida.
¿El resultado de la denuncia por discriminación?? La dejaron en estado de licencia extraordinaria, sin
posibilidad de ir a trabajar ni de cobrar su salario.

Bulacio trabajó sin problemas durante más de 20 años. Un cuadro de stress post traumático la obligó
a tomar distintas licencias por enfermedad. Sus padecimientos físicos la dejaron en imposibilidad de
movilizarse, pero sus capacidades cognitivas e intelectuales estaban en perfectas condiciones para
realizar su trabajo correctamente. Los médicos, le dieron el alta el pasado 27 de octubre.
Bulacio dice que en su regreso al trabajo padeció acoso y maltrato. Bulacio dice que cuando volvió a
trabajar en esas condiciones sufrió bullying y maltrato de parte de una compañera. Las autoridades
del establecimiento, lejos de acompañarla, hicieron caso omiso de la denuncia.
Hubo gritos, insultos, contra la docente que lo único que quería era trabajar.
Según la denunciante, la inspectora Leila Sarda la visitó en su casa junto con una inspectora
especialista en problemáticas psiquiátricas, y, denuncia Bulacio, la presionó para que no vuelva más
a la Escuela. Le advirtió que le aplicarían la normativa de profilaxis y cumplió.
Bulacio quedó así sin posibilidades de hacer su trabajo ni de cobrar sueldo. Hoy depende de la ayuda
de su familia para vivir.
Muchos discursean de la boca para afuera sobre educación inclusiva, donde la docencia y el
alumnado es diverso, con profesionales de la educación con capacidades diferentes, pero en los
hechos no la practican.
ruedas.
“Hoy no cobro ni un centavo y no tengo para vivir. Me quitaron mi derecho a trabajar, me
discriminaron, e hicieron caso omiso a las agresiones de una compañera de trabajo”, afirmó.

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