Colegios en crisis: Aulas donde las cuentas no cierran
La inflación descontrolada y la crisis económica que no parece tener fin no sólo empujan día a día a miles de familias a una situación de vulnerabilidad y pobreza sino que también ponen en jaque a la educación. En la provincia de Buenos Aires ya son varios los colegios y jardines de infantes que resuelven cerrar sus puertas ante la caída de la matrícula y el crecimiento de la morosidad por parte de los alumnos que no pueden afrontar las cuotas.
Hace unas semanas salió a la luz el caso del Instituto Mancedo, un reconocido colegio bilingüe de Quilmes que de un día para el otro anunció su cierre y tras 85 años de trayectoria dejó a cientos de chicos sin vacante para el año que viene. Días antes se había conocido la complicada situación del Colegio Niño Jesús de Praga, en Olivos, que tuvo que fusionarse con el Instituto Jesús en el Huerto de los Olivos para afrontar la crisis. Y ahora fue el turno de la Nueva Escuela Spegazzini, en Ezeiza. Las autoridades reunieron a los padres para anunciar que a partir del año que viene no habrá más clases en el turno tarde para los niveles inicial y secundario. Explicaron que el 45% de las familias tiene deudas y que desde el colegio no pueden hacerle frente a los costos de mantención y al pago de los salarios de docentes y auxiliares.
Al ritmo de la inflación y de la actualización de las paritarias, el aumento de las cuotas fue casi constante este año en los colegios privados de la provincia. Incluso el gobierno de Axel Kicillof autorizó un nuevo ajuste del 11% para noviembre. Pese a eso, desde la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires confirman que el desequilibrio es tan grande que ni con estas subas alcanza. Según sus datos, entre diciembre de 2021 y octubre de 2023 la inflación fue del 311%, los aumentos salariales de paritarias sumaron un 364% y los aranceles apenas subieron un 268%. Desde la entidad explican que el 80% del presupuesto escolar solía estar destinado para pagar salarios, pero que ahora en muchos casos se suman los reajustes del costo del alquiler de los establecimientos, que se ha vuelto impagable para varias instituciones.
“Muchos colegios están cerrando cursos, unificando niveles y buscando la forma de seguir adelante, es una situación desesperante”, resumió hace unos días a distintos medios Martín Zurita, secretario ejecutivo de AIEPBA.
La crisis toca una de las fibras más sensibles de la sociedad. Y quiebra incluso las prioridades históricas de una clase media para la que la educación de sus hijos era intocable. Y pese a los esfuerzos de las familias y de las instituciones, los más vulnerables se van quedando sin oportunidades en un escenario de futuro absolutamente incierto.