Papa Francisco… de Santa Marta al Instituto Patria (Primera Parte)
Por Lic. Rodolfo Florido
Dejé pasar unos días porque el dolor no es buen consejero de las palabras y las ideas. Superado ese duelo intelectual, comenzó el tiempo de las palabras y las reflexiones.
Lejos de cualquier fundamentalismo estas reflexiones buscarán encontrar un camino en el que se crucen las verdades relativas, las afirmaciones antojadizas y los pensamientos complejos de quienes quieren ver siempre al Papa en una actitud que justifique sus prejuicios.
Claramente el Papa es un hombre complejo, sumamente inteligente (de otra manera no habría llegado a ser Superior de los Jesuitas y luego Papa), por ende no puede suponerse que lo que diga no sea meditado a conciencia. Luego en más de una oportunidad salió a explicar que algunas cosas fueron mal interpretadas y las corrigió. ¿Podía equivocarse en corregirse a sí mismo o ya había calculado la corrección antes de la afirmación? Su inteligencia me hace suponer que la afirmación o la corrección ya formaban parte de sus cálculos conceptuales anteriores. Sobre este juego dual recomendaría leer la nota al historiador italiano Loris Zanatta publicada en Clarín del 5 de este mes. https://www.clarin.com/revista-n/loris-zanatta-jorge-bergoglio-antonio-quarracino-agresivos-raul-alfonsin-dictadura_0_rCTknpnWI8.html
Por ende las primeras afirmaciones, en cada caso, son más valederas que las correcciones posteriores. Como si fuera un asistente virtual en la ruta, cuando nos pasamos de la salida, una voz dice…”recalculando”, o sea, una suerte de; vas por el camino correcto inicial pero debés considerar otro camino alternativo para alcanzar el punto buscado. ¿Complejo? Si. Pero cuando se transita entre la Fe y la terrenal política, olvidando aquello de a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar, obviamente genera conflictos intelectuales en sus feligreses, cuando no alimenta los prejuicios ideológicos de aquellos que sin creer ni tener Fe se sienten validados en sus propios prejuicios contra la Iglesia.
El Papa conoce muy bien el poder de las imágenes en una sociedad que se expresa en pocos caracteres y videítos de poco más de 1 minuto. Sabe que si se saca una foto con alguien que tiene al che Guevara o a la Cámpora en la remera, esa foto buscará validar la ideología de la reunión. Lo sabe, es muy inteligente como para no conocer de manera inmediata el poder que busca transmitir esas imágenes. A pocos les importará si el Che Guevara fusiló a cientos de militantes LGTBYQ o los mandó a campos de trabajos forzados “para curarlos” mientras los calificaba de “pervertidos incapaces” https://www.infobae.com/america/historia-america/2019/10/06/el-che-guevara-y-su-odio-implacable-contra-los-homosexuales-a-los-que-condeno-a-trabajos-forzados-para-curarlos/?gad_source=1&gclid=Cj0KCQjwurS3BhCGARIsADdUH53RMf4PIyHXXkFIVlSm6kW8byAvVS4uNPqNpMKg6d6wPSIjTT9ujioaAml-EALw_wcB pero de esto ni una palabra.
Es claro que el Papa Francisco ha resuelto adherir a una suerte de revisionismo histórico regresivo sobre lo que es “políticamente correcto” aunque detrás de esto se oculten las más perversas expresiones simplificadas, fuera del análisis de cada momento histórico. Esto es tan injusto como si analizáramos la Iglesia actual por fuera de los contextos históricos de cada momento de la humanidad. Solo con leer al investigador histórico Montefiore (para tomar un caso muy documentado y respetado intelectualmente en el mundo) sabemos que en la Historia secuencial de nuestra Iglesia ha habido todo tipo de atrocidades, desde la Inquisición, pasando por las Cruzadas, el silencio elegido durante el exterminio de los judíos, los gitanos, los discapacitados y los sacerdotes mártires opositores al nazismo en la Alemania Nacional Socialista y transitando por el ridículo análisis y discusión sobre la consideración humana de los indígenas y su obligación o no de evangelizarlos.
Obvio que también hubo mártires extraordinarios que supieron morir por la causa del evangelio y las palabras de Jesús. El justo equilibrio entre estas dos sentencias debe ser el reconocimiento de lo complejo del mundo cuando se deben determinar políticas de Estado en el marco de una Fe religiosa que no debe abandonarse bajo ninguna circunstancia.
Hoy, esto último está en duda. Y estas dudas también forman parte del legado negativo de este Papa que predica compasión pero castiga expresiones en su propio clero cuando las diferencias se hacen obvias. El verticalismo y la sumisión es lo que se espera. Cambios de parroquias, traslados de provincias suelen ser medidas que todos suponen nacen de las decisiones papales aunque tampoco es improbable que no nazcan de él sino de Obispos ocupados por satisfacer la presunta voluntad papal. No son pocas las veces que las obsecuencias son más dañinas que los pensamientos originales del conductor. Otras tantas veces son el resultado inevitable de quien sin decirlo la pregona con sus conductas a la hora de ejercer el Poder.