Denuncian que un colegio de Nordelta cierra porque se vende y dejó cientos de chicos sin escolaridad a mitad de año
Los padres del colegio Northville de Nordelta están desesperados y denuncian que el colegio va a cerrar sus puertas en pleno ciclo lectivo y va a dejar a miles de chicos sin escuela ni posibilidades de acceder a una vacante en otro lugar a mitad de año.
Según dicen, cierran porque les ofrecieron mucho dinero para vender el lote donde funciona el establecimiento y se sienten estafados tanto moral como económicamente porque los rumores empezaron a finales del año pasado y los dueños siempre los negaron. Hasta ahora.
Pamela, madre de uno de los alumnos, relata las reiteradas negativas de los propietarios del colegio.”Los rumores de cierre empezaron el año pasado pero los padres en ese momento no le dimos importancia. El rumor indicaba que al dueño del colegio le habían hecho una propuesta por la compra del lote en 8 millones de dólares”, explica.
Pasó el verano y las versiones de cierre seguían y cada vez con más fuerza. Por esa razón, los padres empezaron a preocuparse y pidieron una reunión con las autoridades, pero por distintos motivos no la obtuvieron. En ese momento, los empleados y los docentes de la escuela tampoco sabían nada.
Llegó marzo y con el inicio de clases hubo una primera respuesta oficial, que consistió en negar todo. “Los dueños del colegio se juntaron con los padres delegados, porque no hablan con todos los padres, y les pidieron que transmitieran tranquilidad porque el colegio no se iba a vender”, relata Pamela.
En mayo hubo otra reunión en la que los propietarios admitieron que estaban “con un problema económico serio” pero volvieron a aclarar que el colegio no iba a cerrar. Sin embargo, esta vez los padres delegados desconfiaron y finalmente, ante las reiteradas negativas de las autoridades, en mayo convocaron a inspectores del distrito. La visita se produjo y otra vez los dueños rechazaron todos los rumores de venta.
Sin embargo el clima en las aulas y los pasillos estaba enrarecido. Los docentes no cobraban en tiempo y forma y muchos empezaron a renunciar y a buscar otras escuelas donde trabajar. Como la escuela no ponía reemplazos, los chicos empezaron a tener muchas horas libres o directamente a no tener clases. Y el año escolar se desmadró. “A la prueba de Biología la tuvo que tomar la profesora de Inglés porque la profesora de Biología había renunciado”, grafica Pamela.
Hace una semana, finalmente la bomba estalló. Ya sin poder ocultar lo que estaba pasando, los dueños convocaron a los padres de los tres niveles (jardín,primaria y secundaria) para admitir que el colegio efectivamente se cerraba. Dijeron que la fecha es el 31 de diciembre pero la escuela ya está virtualmente vacía porque no hay casi docentes ni personal.
“El enojo nuestro es porque lo negaron hasta último momento”, dice Pamela, porque los chicos ahora no tienen ninguna alternativa para poder terminar el año en otro lugar. Incluso la problemática es aún más profunda porque muchas familias con varios hijos tendrán que ubicarlos donde puedan y, si tienen suerte de conseguir vacantes, muchos hermanos van a terminar en colegios distintos.
Hasta ahora, sin solución a la vista, el proyecto escolar del Northville quedó trunco por los desmanejos de sus dueños y cientos de chicos pagarán las consecuencias quedándose sin escolaridad y separándose de sus compañeros y amigos.