Pablo Moyano y el cajón de Herminio
Por Lic. Rodolfo Florido
Para aquellos jóvenes que no recuerdan la historia el 28 de octubre de 1983, durante el cierre de campaña del Partido Justicialista, El más conspicuo dirigente peronista bonaerense de la CGT Herminio Iglesias quemó un cajón con las siglas de la UCR, frente a una multitud de entre 800.000 y 1.200.000 personas, enfocado por todos los canales de televisión. Luego de este hecho, Raúl Alfonsín ganó las elecciones presidenciales con el 51,7% de los votos mientras que el candidato peronista Ítalo Argentino Luder sacaba el 40,16%.
Pablo Moyano hizo casi lo mismo durante el primer paro contra el Gobierno de Javier Milei contra el Ministro de Economía cuando amenazó con tirar al riachuelo al Ministro de Economía, Caputo. De hecho dijo exactamente lo siguiente;
“Y yo le digo ante miles de compañeros que lo van a llevar en andas al ministro pero para tirarlo al Riachuelo”
¿Por qué lo hizo? Porque hasta ahora su nivel familiar de impunidad es tan brutal que cree que puede llevarse por delante todo lo que entorpezca sus negocios. Dije bien; sus negocios. Hace mucho tiempo, décadas, que a Hugo Moyano padre, Pablo Moyano hijo y otros miembros de esta familia multimillonaria no les interesa específicamente sus representados sino sus negocios, aunque disfracen su fortunas con camperas y accesorios baratos.
Ellos han saltado de ser oposición a ser oficialistas dependiendo del humor transitorio de sus necesidades económicas y al mismo tiempo no son pocos los “compañeros” sindicalistas que temen que el aparato camionero les robe representados con bloqueos a fábricas que tienen que distribuir sus productos en vehículos. Una suerte de…; todo lo que rueda es camionero.
Esa impunidad ha creado que ha Pablo Moyano lo apoden “El salvaje”. Y él no lo desmiente. Le sirve para asustar a cualquiera que quiera cruzarse en el camino de la impunidad, las ganancias millonarias personales y familiares. Hoy, percibe que el nuevo Gobierno se la puede poner difícil y por eso hace y hará todo lo que crea necesario para hacerlo caer antes de que se consolide o bien obligarlo a aceptar sus imposiciones, que son, sus negocios.
Un excelente informe fue hecho hace años por el periodista Diego Schurman intitulado… “El engorde de Hugo Moyano: la enorme y compleja red de sus negocios familiares” https://www.infobae.com/politica/2018/01/13/el-engorde-de-hugo-moyano-la-enorme-y-compleja-red-de-sus-negocios-familiares
En algunos de sus párrafos más significativos decía
“Su red de influencia y negocios se extendió hacia lugares tan disímiles como pueden ser sanatorios, compañías textiles, de seguros, se seguridad, ferrocarriles y clubes de fútbol. La hegemonía del camionero en el universo sindical, alcanzada durante la gestión kirchnerista, fue clave en ese proceso expansivo sin límites.”
Sobre este hombre todopoderoso tuvo puesta la lupa el juez Claudio Bonadío, que investigó una denuncia de la Unidad de Información Financiera por presuntos movimientos irregulares de los fondos de los camioneros. La muerte de Bonadío lentificó los procesos.
“La mutación de Moyano a “sindicalista-empresario” quedó brutalmente expuesta el 13 de junio de 2006 con su ingreso al ferrocarril General Belgrano como integrante del grupo concesionario, en una experiencia que duró seis años.”
“El entonces presidente Néstor Kirchner premió su encolumnamiento político otorgándole a la mutual de los trabajadores camioneros el 6,66 por ciento de la Sociedad Operadora de Emergencia S.A. (SOE), que pasaba a hacerse cargo de la mayor red nacional de transporte de mercadería del país.”
Se trató de un hecho doblemente paradojal, ya que Moyano obtuvo participación en un servicio que es competencia directa de su gremio, y, además, como líder de todos los trabajadores, se convirtió en patrón de sus representados.
EL EMPORIO FAMILIAR
Su tercera mujer, Liliana Esther Zulet, fue la ingeniera de la estrategia dando impulso a Iarai, la gerenciadora de los sanatorios, clínicas y geriátricos de la obra social de los camioneros, que maneja una caja millonaria.
“La diputada Graciela Ocaña dijo que por haber denunciado el vínculo del sindicalista con aquella red de sociedades de su esposa terminó en 2010 siendo eyectada del Ministerio de Salud de la Nación. “Los trabajadores aportan para la obra social, que pasa los fondos a las empresas de Moyano, donde queda la ganancia y luego no se sabe dónde termina”, detalló sobre el circuito del dinero.”
“A lo largo de más de una década, Zulet puso en puestos claves a parientes directos. A su hija Valeria Alejandra Salerno le dio la presidencia de Iarai, base de operaciones del holding.”
Desde esa plataforma, la mujer de Moyano sumaba nuevas empresas. Un ejemplo fue la adquisición del 50 por ciento de Las Marías, una organización de seguridad que se dedicaría a custodiar las compañías del grupo.
En la flamante empresa tomó las riendas Juan Manuel Noriega Zulet, otro de sus familiares, hasta que a un año después el control pasó a manos de Roberto Sodini. Este comisario retirado de la Policía Federal se vinculó con los camioneros desde su cargo de director de Transporte de Cargas bonaerense. En Las Marías estuvo acompañado por Hugo Guffanti, dueño de otra empresa del ramo, Seguridad y Tecnología.
El vínculo de Iarai con Moyano siempre fue harto evidente. Al constituirse, la gerenciadora fijó domicilio en la dirección de Juan Domingo Ruiz, esposo de la hermana del camionero. Ruiz y Eva Irma Moyano son históricos empleados de la filial marplatense del sindicato.
Como premio por cumplir a rajatabla las órdenes de Moyano-Zulet, Salerno se quedó también con la presidencia de Dixey, el taller que provee de ropa de trabajo a los sanatorios y hoteles de los camioneros. Su madre y su abuelo, Liliana y Francisco Zulet, hoy fallecido, supieron integrar el directorio de la firma, a cuyo nombre figura una quinta familiar en Parque Leloir, Ituzaingó, valuada en 500 mil dólares.
La hija política de Moyano también cobró sueldo de Chenyi, que ofrece servicios integrales de logística y transporte. El hombre clave de la compañía siempre fue Gustavo Elías, actual vicepresidente de la Unión Industrial de Bahía Blanca.
El Camión Club Argentino reflejó el bueno momento de Moyano con el kirchnerismo, allá por el 2010, ya que se puso en marcha en un acto que el sindicalista compartió con el entonces ministro de Planificación, Julio de Vido.
“Desde Chenyi, Elías había participado en 2008 de la adquisición de Ivetra S.A., un empresa que durante algunos años se dedicó a cobrar un canon por cada contenedor que los camiones ingresaban al puerto. De la compañía, que pergeñaba la construcción de un playón para ordenar el tráfico interno de los vehículos de carga, participaba el ex juez y abogado del gremio Daniel Llermanos, a través de su firma Selca.”
Salerno no figuraba en Ivetra porque ya tenía suficiente tarea con Iarai , Dixey y Chenyi. O al menos eso creía hasta que su madre la coronó con un cargo jerárquico en Aconra, la empresa que levantó el hotel sindical de Mar del Plata y remodeló los sanatorios 15 de Diciembre y Antártida, pertenecientes a la mutual del gremio. El Antártida es el que Moyano reinauguró esta semana en el barrio de Caballito.
Aconra le dio a la familia Moyano jugosos dividendos. En apenas los primeros cuatro años de actividad sumó, junto a Iarai, y Dixey, ganancias del orden de los 12.760.789, 32 pesos (pesos de hace 14 años). En el directorio de esta empresa de construcción, que hasta el 2007 se llamó Jewerly Fashion, Zulet sumó a muchos de los propio. Desde Juan Manuel Noriega Zulet hasta Christian y Vicente Asorey, a la sazón, su yerno y su consuegro, respectivamente.
Y podríamos seguir con todo detalle la investigación que explica el nivel de impunidad de esta familia que ha hecho de los aprietes y la violencia un modo de hacer negocios mientras declaman ser los apoderados de los más humildes.
3 años después otra investigación periodística de Nicolás Balinotti en el diario La Nación abunda en más información, detallando los negocios diversificados de sus herederos, incluyendo el mediático Facundo Moyano https://www.lanacion.com.ar/politica/clan-moyano-el-sindicalista-expande-su-imperio-y-abre-el-juego-a-sus-herederos-nid05062021
En esta investigación se ratifica lo de la anterior del 2018 pero muestra como ahora el menor de los Moyano ya goza de la impunidad de su padre y de sus hermanos mayores. Dice el informe de investigación:
“De los hijos varones, Jerónimo, que es el menor, fue el último al que Moyano sumó a la mesa del poder. Desde el año pasado, por la cuarentena, su padre lo integró como uno de sus colaboradores en el gremio. Lo llevó, incluso, a encuentros con Alberto Fernández. El primero fue un almuerzo informal en la Quinta de Olivos en el que se sacaron una foto sin barbijo ni distanciamiento. Corría agosto y el país continuaba en aislamiento estricto. La otra visita fue en la Casa Rosada, donde Moyano y su hijo asistieron junto con los empresarios del transporte para dar el campanazo de largada de las mesas sectoriales en busca de un acuerdo de precios y salarios, que nunca logró despegar. Jerónimo tiene 20 años, estudia derecho y accedió de manera privilegiada a una vacuna contra el coronavirus a través del Sanatorio Antártida, propiedad de Camioneros.
Paola es la otra hija mujer de Moyano. Es la única que no está vinculada de manera directa con Camioneros. Ama viajar. Su álbum de fotos incluye desde el Central Park hasta los camellos de algún desierto árabe. Todo antes de la pandemia. Está casada con Claudio “Chiqui” Tapia, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y dirigente del Ceamse.
Esto es lo que enfrentan Javier Milei y cualesquiera fuesen los dirigentes políticos que quieran construir un país sin privilegios nacidos de fortunas de muyyy dudoso origen y de sindicalistas y políticos que presumen representar a los más humildes pero se duchan en millones de dólares con ropas humildes y cuentas multimillonarias.