De hablar con los muertos a cobrarle a los vivos
Por Lic. Rodolfo Florido
Mientras Sergio Massa habla con un Sacerdote muerto, un puntero empleado legislativo y electricista cobra millones de pesos por día de 48 ¿ñoquis? SI. La sociedad está harta y ya no cree en los espejitos de colores distribuidos a mansalva como si 15 mil pesos solucionaran en algo lo más de 20 mil que pierden mensualmente frente a una inflación desaforada.
Las preguntas se amontonan en las mesas familiares y dominicales del domingo donde el asado ya no existe y los ravioles fueron cambiados por fideos envasados de segunda selección.
La gente se hace preguntas que la velocidad de los absurdos pretende tapar la brutalidad entre las mentiras impiadosas y los negocios oscuros que los ñoquis les proveen a quienes ganan dinero como caranchos frente a los muertos en el campo de batalla.
Muchas veces las preguntas de entrecasa se expresan entre el humor y el hartazgo, como ser:
- ¿Massa pretende ser Presidente de los argentinos pero inventa que hace unos días tomo mates y dialogó con un Sacerdote que murió hace casi tres años de Covid durante la pandemia? (https://www.youtube.com/watch?v=v_lX23rPpLQ) ¿Se puede ser tan cínico? Obviamente sí. De hecho, el 11 de setiembre El ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, sorprendió en declaraciones televisivas (en el canal estatal por cierto) al asegurar que se reunió con el padre Bachi, destacado por su labor social en los barrios populares de Buenos Aires. Sin embargo, el cura “villero” falleció en agosto de 2020 a causa del Covid-19. Massa afirmó que se reunió con el padre Bachi, pero el cura murió en 2020. PARA ESTO NO HUBO MISA DE DESAGRAVIO.
- Días después, un ciudadano común y corriente estaba dentro de un espacio de cajeros automáticos y vio como una persona con muchas tarjetas de debito y una hojita con claves alfa numéricas extraía una y otra vez 30 mil pesos (máximo permitido diario) del cajero y los guardaba en sobrecitos transparentes que luego eran puestos en una bolsa negra de basura. Sorprendido por la operatoria, el ciudadano, le avisó a la policía y esta, verificó lo que estaba pasando. El delincuente, funcionario legislativo bonaerense y electricista de tiempo parcial tenía 48 tarjetas de débito pertenecientes a presuntos 48 empleados legislativos de distintos distritos bonaerenses a los cuales les retiraría los primeros 10 días de cada mes, varias veces, los 30 mil pesos hasta alguna suma que solo el funcionario delincuente y el ñoqui conoce, porque según las primeras averiguaciones, todos, los 48, tendrían salarios superiores a los 500 mil pesos mensuales. Alto ñoqui dirían en los sectores populares.
- Y la gente en sus casas se preguntan si la justicia dará a conocer los nombres de los 48 empleados/funcionarios legislativos bonaerenses que dieron sus tarjetas y sus claves al señor electricista RIGAU Julio Segundo Rigau (65), alias “Chocolate”, a quien sindican como “puntero del barrio San Carlos” e integrante de un pequeño movimiento social dentro del peronismo llamado “Octubres”. Ese espacio es liderado por el ex diputado nacional, Gastón Harispe. ¿Hace cuanto tiempo que se roban millones de pesos…, plata de los contribuyentes por cierto? Fraude contra el Estado uno y Fraude contra el Estado el que entregó su tarjeta y su clave de seguridad para que haya trazabilidad bancaria del movimiento del dinero. Quizás los 48 declaren que le dieron la tarjeta al funcionario electricista (para no quedar pegados jajaja) y su clave de seguridad. Más allá de la broma, todos deberían ya haber sido expulsados, echados, procesados. Y la sociedad toda debería conocer sus nombres y sobre todo el de que estaba detrás de todos estos. ¿O alguien cree que un puntero electricista podía quedarse con millones de pesos de 48 funcionarios?
Pareciera que nada importa. Las urnas darán su veredicto. Mientras tanto Massa distribuye lo que no es de él a diestra y siniestra. No le importa nada. Si puede tomar mate con un sacerdote muerto, obviamente no le importa nada.
Como dice Santiago Fioriti para el diario Clarín… ““Vamos a incendiar la pradera”, cuentan en el círculo íntimo de Massa. Se desconoce cuál es el sentido que le dan a la frase. El origen está en una carta de Mao Zedong, de 1930, con la que criticó las ideas pesimistas al interior del Partido Comunista. En Argentina, los militantes kirchneristas a veces le otorgan otro uso. Inverso, acaso. Dicen, como el piquetero Emilio Pérsico, que cualquier chispa puede incendiar la pradera cuando está seca. Pérsico afirma que eso se respira cuando recorre el Conurbano. Y que la pradera, en efecto, está demasiado seca por el impacto de la crisis. No parece una metáfora feliz.”
“Massa se propondría regarla, pero está por verse si tendrá el efecto de un baldazo de agua o de nafta: sus medidas disminuirán la recaudación (y la plata coparticipable) aumentarán el gasto y se traducirá en un déficit fiscal mayor. Hay quienes creen que el déficit fiscal primario cerrará 2023 al doble que el que se le prometió al FMI, que quedó establecido en 1.9% del PBI. Un cóctel que para muchos economistas podría derivar en un no tan lento camino hacia la hiperinflación. Ni hablar si a Unión por la Patria le fuera mal el 22 de octubre. ¿Con qué autoridad podría defender Massa su modelo al otro día? ¿Qué pasaría con el dólar oficial, que Massa ancló en 365,50 pesos hasta octubre? ¿Y si los mercados volvieran a sacudirse?”
Pero a Massa no le importa nada. Sabe que va a perder. Sabe que no puede ganarle ni a Javier Milei ni a Patricia Bullrich. Solo quiere llegar a la 2da vuelta y de ser posible quedarse luego con la conducción de un peronismo kirchnerista derrotado. Una vicepresidenta condenada, con prisión domiciliaria y un Máximo Kirchner desnudo en su inutilidad frente a un peronismo desgastado.
Massa no piensa ni en la Nación, ni en la Patria. Massa solo piensa en él. Siempre fue así. Solo que Cristina pensó que en su centralidad podía ayudar a que el kirchnerismo se extendiera un poco más en el tiempo y pudiera proveerle la impunidad que necesita. No fue así. La derrota es ya una certeza.