Otra dura derrota del Gobierno en el Congreso

Un día después de que Diputados rechazara el veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad, el parlamento volvió a darle malas noticias al Ejecutivo. El Senado aprobó las leyes de Financiamiento Universitario y de Emergencia en Pediatría, que le aumenta los fondos al Hospital Garrahan. Ambas iniciativas habían sido tildadas por Milei y por el equipo económico como deficitarias y el propio presidente había prometido vetarlas si salían. También aprobaron la Ley de Coparticipación Automática de los Aportes del Tesoro Nacional, un reclamo de las provincias que el Gobierno ahora deberá ver cómo soluciona.
Pero eso no fue todo. La oposición logró además derogar 5 decretos que desregulaban organismos públicos como el INTI, el INTA y el Banco Nacional de Datos Genéticos y disolvían Vialidad Nacional. Esos decretos eran un pilar fundamental de la política llevada adelante por el ministro Fedrico Sturzenegger. Incluso horas después de que el Congreso los bajara, el Gobierno publicó una resolución con el pase a disposición de más de 360 trabajadores de esos organismos. Eso anticipa la batalla que se viene.
En la Casa Rosada esperaban este revés de la Cámara Alta y el Presidente salió a cruzar a los senadores por redes. Esta vez tuvo un argumento con más impacto que el del equilibrio fiscal: el salario de los legisladores, que está atado a la paritaria del Congreso y que subirá a 10,2 millones de pesos brutos en noviembre. “El mismo día que los honorables senadores votan leyes para destruir el programa económico que van a empobrecer a los argentinos se vuelven a aumentar el sueldo una vez, como han hecho a lo largo de todo el año, escupiendo en la cara de los argentinos que tanto esfuerzo han hecho para salir adelante. Una vergüenza que esperemos que en octubre se va a terminar”, sostuvo Milei.
Todo apunta a octubre, pero los futuros vetos también sumarán rechazos de la opinión pública. Estará en la habilidad discursiva del Gobierno hacer que esas medidas impopulares no impacten en las urnas para contar. a partir de diciembre, con un Congreso más afín. Si no lo logra, impulsar las reformas que busca se volverá cada vez más difícil.