Los trabajadores destinan los ingresos de 6 meses del año sólo a pagar impuestos

Según los cálculos del informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF)un trabajador promedio debe destinar la ganancia de 180 días al año a pagar impuestos. Esto equivale a la mitad del tiempo trabajado.
Estos impuestos son tanto nacionales, como provinciales o municipales y, si bien en teoría son devueltos en forma de servicios a la comunidad, representan una enorme carga para los trabajadores, que en tiempo se traduce en 30 minutos por hora dedicados al pago de obligaciones tributarias.
El trabajo se realizó en base a distintos perfiles de los ingresos de las familias asalariadas del país y resalta el peso casi invariable de los impuestos en todos los sectores sociales. “Los resultados reflejan una carga tributaria integral que está entre el 47,3% y el 49,9% del ingreso total, es decir que presenta una baja dispersión, a pesar de que el nivel máximo de ingreso es equivalente a 4,6 veces el ingreso mínimo. Otra manera de ver estos resultados es transformando los porcentajes en número de días de un año calendario, surgiendo en consecuencia hasta qué día del año un ciudadano debe trabajar para cumplir con sus obligaciones tributarias. Con esta mirada, se tiene que los perfiles analizados deberían trabajar entre 173 y 182 días para cumplir con sus obligaciones”, detalla.
Según el trabajo, en el país hay 155 impuestos distintos y el sector registrado, es decir el de los trabajadores formales, es el que más paga. La nación recauda e 86%, las provincias el 10% y los municipios el 4%.
El IARAF advierte además que los impuestos sobre el trabajo tienen una estructura tal, que hace que quienes perciben menos ingresos paguen proporcionalmente más que quienes ganan más, porque estos tributos tienen un tope. Este aspecto regresivo es uno de los elementos más polémicos del sistema.
Por esta razón, el Instituto sostiene que hay que revisar tanto los impuestos al trabajo (aportes personales y contribuciones patronales) como los impuestos indirectos al consumo (Ingresos Brutos, IVA y tasas municipales), que golpean duramente a las familias asalariadas de bajos ingresos que destinan casi todo lo que ganan al consumo.