Desplazaron a un policía de Tandil tras denunciar corrupción en su propia comisaría

Desplazaron a un policía de Tandil tras denunciar corrupción en su propia comisaría

Un policía de Tandil denunció que fue desplazado de su cargo y trasladado a Moreno después de rehusarse a formar parte de una red de corrupción que habían montado sus jefes. Concretamente, la modalidad era anotar a agentes que no iban a trabajar como si estuvieran cumpliendo servicio y horas extra y quedarse con esos salarios. Cómo se negó a mirar para otro lado, pagó cara su honestidad. 

José Luis Ratto, el denunciante, primero se negó a participar y después, cuando se vio amenazado por sus propios jefes, pidió carpeta psiquiátrica. Eso motivó a que lo trasladaran sin motivo administrativo aparente, mientras todo lo que él denunció siguió pasando sin que nadie más se metiera.

Ratto llegó a Tandil cuando tenía 23 años y desarrolló toda su carrera en esa ciudad en diferentes dependencias y cargos. Durante su paso por la oficina de violencia de género tuvo problemas por denunciar al secretario de la oficina que, paradójicamente, tenía comportamientos violentos con personal femenino de esa dependencia. Después pasó a la órbita de la jefatura departamental donde, mientras desarrollaba funciones en la oficina de sumarios administrativos, aprovechó su formación como abogado para llevar adelante un área de capacitación del resto del personal.  

Durante la pandemia fue policía local y en el último período de sus 25 años de servicio, se desempeñó como jefe de turno en la comisaría cuarta, a la que él mismo define como “realmente desagradable” por tener un solo baño, pésimas condiciones edilicias y las instalaciones de agua rotas.

Desde ese cargo, detectó que en el libro de guardia se registraban personas y servicios que no estaban en la dependencia. Como en ese momento estaba al mando como jefe de turno, dio la orden de no anotar a esos agentes. Esto le valió una fuerte reprimenda de su jefe directo, el comisario Nicolás Koop, que le dijo que él no era nadie para meterse en esas cuestiones que además tenían en aval de la Jefatura Departamental, que está a cargo del cuñado de Koop, el comisario Inspector Andrés Irusta.

Al ver que la Jefatura Departamental, que es el único lugar a dónde pueden recurrir los policías ante un problema de esta naturaleza, era parte del problema Ratto se quedó sin salida, atrapado y sin opciones. Esto lo sumió en una profunda angustia y lo llevó a pedir licencia psiquiátrica. En ese momento, Koop le visitó, charló con él, lo escuchó y al día siguiente ordenaron su traslado.

Según él, no hay motivo administrativo que justifique el traslado porque no tiene sumarios, ni días de arresto y la ciudad tiene un gran faltante de efectivos. La decisión fue simplemente porque no quiso ser indiferente ante los actos de corrupción de sus superiores.

Tras la denuncia, todo sigue igual. Los acusados siguen en sus puestos, las prácticas corruptas siguen realizándose y lo único que cambió es que ahora Ratto teme por él y su familia y se siente desprotegido.

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