Quilmes: otro violento robo camino al colegio
El crimen de Morena en Lanús la semana pasada demostró que ni los chicos que van a la escuela están a salvo de la inseguridad y el salvajismo que dominan las calles de muchos distritos bonaerenses. Ese hecho, que conmovió a toda la sociedad y marcó el final abrupto de la campaña electoral, sólo sirvió para mostrar todas las fatídicas aristas de una realidad demasiado cruda, demasiado indigerible, para la que no parece haber soluciones concretas. La marginalidad, los estragos sociales de la droga, el desprecio por la vida y la violencia brutal mandan en las esquinas de los barrios del conurbano y tanto los vecinos como los dirigentes se acostumbraron a convivir con ellos.
Este miércoles, apenas unos días después del asesinato de la nena de 11 años, otro chico fue víctima de un feroz asalto cuando iba rumbo al colegio. Esta vez la víctima no iba sola, estaba con su papá, que poco pudo hacer en medio del terror que infunden las armas.
El asalto fue en Namuncurá y Julio Cáceres, Ezpeleta. En la filmación de las cámaras de seguridad se ve cómo padre e hijo cruzan la calle y de repente son abordados por dos delincuentes. Uno se baja armado de la moto y los empieza a desvalijar mientras que el otro da vueltas en círculo alrededor de las víctimas con el vehículo.
Les robaron la plata, los celulares y hasta la mochila del colegio. Por supuesto, escaparon y siguen prófugos. O peor: nadie los busca. En las imágenes se puede ver cómo el padre abraza a su hijo por los hombros y juntos desandan los pasos que habían dado para volver a casa sin nada, con la resignación a cuestas y la sensación de que esta vez les tocó a ellos en la cruel lotería diaria de la inseguridad.
